Tren Maya ofrece viaje y desarrollo para México
Con esta gran obra hay esperanza de levantar el turismo al sur del país
El Tren Maya, el principal proyecto del presidente Andrés Manuel López Obrador para el sureste mexicano, ofrece un viaje al desarrollo pero también despierta críticas entre expertos y pueblos originarios por el temor a una mayor explotación medioambiental y laboral.
El Tren Maya, cuya construcción comenzó en junio de 2020, recorrerá a partir de 2023 cerca de 1.554 kilómetros en siete tramos con 19 estaciones para transporte de pasajeros locales, turistas y carga en los cinco estados del sureste: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. El Gobierno estima una inversión de más de 6.294 millones de dólares para la obra, de los que este año se ejecutarán 41.852 millones de pesos (más de 2.092 millones de dólares) y la creación de 80.000 empleos con la construcción de los primeros cinco tramos.
El Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos anticipó un incremento del 28 % de la población originaria ocupada con respecto a 2015, al estimar que 46 de cada 100 personas empleadas serán de comunidades indígenas.
El Tren Maya ha despertado la oposición de un sector
Para el Gobierno es progreso; para nosotros como mayas, es despojo de nuestras tierras. ALBERTO VELÁZQUEZ antropólogo maya
de los pueblos originarios mexicanos por la agresión al medioambiente con esta obra. Agrupaciones indígenas han advertido “graves riesgos” para 7.274 sitios arqueológicos en los alrededores del trazo, de los que 1.288 están a menos de 10 kilómetros de distancia de las vías.
La gran obra es esperanza de trabajo para algunos y problemas para otros.