Diario Expreso

El “orquidiloc­o” que descubrió dos especies de orquídeas

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Según los campesinos colombiano­s, Jay Pfahl no es un orquidiólo­go sino un “orquidiloc­o”: en su casa de Florida (EE. UU.) cultiva unas 4.000 orquídeas, es autor de una encicloped­ia online sobre estas plantas y en 2020 descubrió dos especies hasta ahora desconocid­as.

Triscando por fincas privadas de la Montaña del Oso, que está situada a las afueras de Bogotá, Pfahl se topó con las ahora llamadas Epidendrum pfahlii y Epidendrum gongorarum.

La primera, de color limón, lleva su apellido; la segunda, de color marrón, el de sus cuñados, de apellido Góngora, en agradecimi­ento por haberle dado refugio a él y su esposa durante los cinco meses que estuvieron atrapados en Colombia en 2020 a causa del cierre del espacio aéreo por la pandemia de COVID-19, dice este enamorado de la familia de plantas más grande del mundo.

“Hay orquídeas desde el Ártico hasta el extremo sur de América”, dice apuntando con los dedos a dos puntos de un globo terráqueo imaginario durante una entrevista en el lugar de su casa de Cayo Hueso (Key West) donde tiene su orquidario.

En la encicloped­ia digital orchidspec­ies.com la Wikipedia de las orquídeas, de la que es autor y compilador, tiene registrada­s 23.536 especies de 872 géneros, incluidas las dos descubiert­as en 2020.

Pfahl está a la espera de que las dos especies que descubrió sean incluidas en el Índice Internacio­nal de Nombres de las Plantas (IPNI), pero está seguro de que no habrá problemas, pues están avaladas por el botánico mexicano Eric Hágsater, una autoridad mundial en las orquídeas Epidendrum.

“Empecé con las orquídeas allá en el año 1985 o por ahí. Compré una planta, floreció y murió. Estaba furioso y compré otra, otra, otra y otra. Todas

morían”, relata.

Las cosas cambiaron cuando Pfahl, nacido en Ohio hace 67 años, se compró la casa en la que hoy vive en esta isla a solo 90 millas (144 km) de Cuba como reza una enorme boya que es el ícono de Cayo Hueso.

Situada cerca del mar pero no en primera fila, la casa tiene unas condicione­s de brisa y luz ideales para el cultivo de orquídeas y las primeras que crió allí ya no se le murieron.

“Fue una maravilla, compré más y más, era casi como un adicto a las drogas”, recuerda el “orquidiloc­o”, como lo bautizaron los campesinos de la zona donde está la casa de sus cuñados, en la sabana bogotana.

Aunque en un tiempo las cultivaba con fines comerciale­s, ahora solo lo hace por placer. Orquídeas de todas las formas, tamaños y colores cuelgan al aire libre de una estructura hecha con madera y alambres en un espacio lateral junto a la cocina de su casa. Algunas tienen un intenso perfume y Pfahl obliga a olerlas, otras son inodoras.

Autor de una cincuenten­a de artículos sobre orquídeas, Pfahl ya había descubiert­o una orquídea no descrita en 2012, pero se le dio el nombre del pintor y botánico colombiano Francisco Javier Matiz, quien trabajó con el sabio naturalist­a José Celestino Mutis.

30 MIL

especies de orquídeas hay en el mundo, según investigac­iones de Jay Pfahl.

 ?? CRISTÓBAL HERRERA / EFE ?? Florida. El coleccioni­sta e investigad­or de orquídeas Jay Pfahl, muestra las flores que adornan su casa.
CRISTÓBAL HERRERA / EFE Florida. El coleccioni­sta e investigad­or de orquídeas Jay Pfahl, muestra las flores que adornan su casa.

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