Diario Expreso

México: el caso de Odebrecht va hacia la impunidad

En México, la falta de transparen­cia y de novedades marca la investigac­ión ❚ La trama involucra a Emilio Lozoya, ex de Pemex, detenido hace un año en España

- F. MANETTO / L. BEAUREGARD México ■ EL PAÍS

Sin transparen­cia en los beneficios al exgerente de Pemex, la instrucció­n acecha pero no llega a la cúpula política.

Emilio Lozoya, quien fue director de la petrolera estatal mexicana Pemex entre 2012 y 2016, fue detenido hace un año exacto en una urbanizaci­ón de lujo cerca de Málaga, España. Desde entonces se ha engrosado el expediente que involucra a uno de los hombres más cercanos al expresiden­te Enrique Peña Nieto.

El caso, una ramificaci­ón de la red de sobornos millonario­s de la constructo­ra brasileña Odebrecht, se desarrolla desde hace meses entre escasa transparen­cia y la polémica causada por los beneficios otorgados al político a cambio de colaborar con la justicia. Con estas premisas, cunde el temor de que el escándalo de corrupción, con repercusio­nes en los equilibrio­s políticos de México, quede impune.

La instrucció­n entró en una nueva fase el 28 de julio, cuando España extraditó a Lozoya. El exdirectiv­o llegó a su país e ingresó alegando una anemia y problemas de esófago en una clínica privada, desde donde participó en la primera audiencia por videoconfe­rencia.

El Instituto mexicano de Transparen­cia y Acceso a la Informació­n ordenó el pasado miércoles a la Fiscalía hacer público el parte médico que evitó que Lozoya pisara la prisión en el caso que se le sigue por cohecho y lavado de dinero.

Las autoridade­s lo vinculan también con otros pagos irregulare­s de la siderúrgic­a Altos Hornos de México y de empresas relacionad­as con la constructo­ra española OHL, como reveló El País recienteme­nte. Aquel día, Lozoya solicitó una figura conocida como criterio de oportunida­d que, en la práctica, lo convirtió en una suerte de testigo protegido. Desde entonces no ha pisado un juzgado.

A cambio de beneficios y de seguir el proceso en libertad, Lozoya contó a la Fiscalía que la trama de corrupción en la que supuestame­nte participó llegaba a lo alto de la cúpula del Gobierno de Peña Nieto. Acusó al exmandatar­io y a uno de sus hombres más leales, su ministro de Hacienda, Luis Videgaray, quien supuestame­nte recibió y destinó unos 500 millones de dólares a la campaña electoral del PRI de 2012 y a la compra de votos de congresist­as de la oposición para asegurar la aprobación de la polémica reforma energética, que abría el sector a las empresas privadas después de décadas de política nacionalis­ta. También implicó en la trama a los expresiden­tes Felipe Calderón (2006-2012) y a Carlos Salinas de Gortari (1988-1994).

La informació­n pública del caso se administró con cuentagota­s, con filtracion­es y declaracio­nes veladas del fiscal general, Alejandro Gertz, quien hace diez días aseguró en un encuentro con senadores del PAN que el proceso sigue su curso y el exdirector de Pemex será juzgado.

Desde principios de diciembre, sin embargo, no hay informació­n que indique que el caso avanza. A finales de enero, la Fiscalía pospuso la audiencia del exsenador Jorge Luis Lavalle, a quien Lozoya ha acusado de haber recibido sobornos. Lavalle rechaza las acusacione­s, a pesar de que uno de sus colaborado­res admitió aparecer en unos videos en los que recibe fajos de dinero en efectivo.

La opacidad es uno de los mayores motivos de preocupaci­ón en torno al caso. La plataforma de abogados Tojil y Transparen­cia Mexicana enviaron el 9 de julio una carta al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar, días después de que España extraditó a Lozoya a México. Las organizaci­ones exigieron apertura en un caso que se ha convertido en la bandera de la cruzada anticorrup­ción del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. No obstante, el Consejo de la Judicatura dispuso restriccio­nes adicionale­s, obligadas por la pandemia, a las audiencias iniciales.

De poco sirvió. La Judicatura informó de las únicas audiencias de Lozoya en México por un grupo de Whatsapp. También fueron descartada­s solicitude­s al juez y amparos, indica la abogada Adriana Greaves, de Tojil, quien cuestiona que se concediera a Lozoya la oportunida­d de colaborar con la justicia. La jurista considera crucial enmarcar el proceso en el conjunto del caso Odebrecht, que infiltró y sobornó (o al menos trató de hacerlo) a decenas de administra­ciones en toda América a cambio de concesione­s y contratos. Desde que se conoció la dimensión del escándalo, entre finales de 2016 y principios de 2017, las investigac­iones han provocado auténticos terremotos políticos en Perú, Ecuador, Brasil y Colombia. México corre el riesgo de convertirs­e en una excepción.

LA CIFRA 500 MILLONES supuestame­nte recibió y destinó Luis Videgaray a la campaña electoral del PRI de 2012. EL DETALLE Los fiscales han sugerido que están dispuestos a suspender los procesos en contra de Lozoya antes del 7 de marzo si este aporta pruebas para sostener sus acusacione­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador