Un puerto de 1.000 millones, un elefante blanco
Las administraciones negocian cómo salvar la dársena exterior de Coruña ❚ La mala planificación hizo que Autoridad Portuaria se endeude con $ 364 millones
Se construyó en Coruña, en España, para alejar de la costa a los petroleros. Ni tiene tren ni terminal para mover crudo.
Es difícil entender cómo se ha llegado hasta aquí, pero la ciudad en los últimos cinco años ha perdido un 25% de tráfico.
FRANCISCO TOLEDO presidente de Puertos del Estado
Después de casi una década en funcionamiento y 1.000 millones de euros de inversión, (1.213 millones de dólares) el puerto exterior que el Gobierno central y la Xunta de Galicia promovieron tras la marea negra del Prestige para alejar el trasiego de petroleros del centro de La Coruña no tiene siquiera conexión ferroviaria. La dársena construida en Punta Langosteira (Arteixo), a 10 kilómetros de la ciudad, está infrautilizada, ha incumplido las previsiones de tráfico y carece a estas alturas de otra infraestructura esencial para la función que se le encomendó: una terminal petrolera que dé servicio a la refinería de Repsol. El proyecto estaba llamado a ser “uno de los principales motores económicos en la fachada atlántica europea” según pronosticó el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo, pero su principal efecto ha sido otro: la ruina de la Autoridad Portuaria coruñesa, que arrastra una deuda de 300 millones de euros, diez veces su cifra de negocio.
El puerto acumula sobrecostos, un deficitario diseño y un plan fallido de financiación. Las obras que se adjudicaron por 429 millones de euros en 2004 a una ute (unión temporal de empresas) formada por Dragados, Sato, Copasa y Drace no conformaba “una dársena totalmente operativa” por lo que posteriormente hubo que impulsar nuevas infraestructuras, tal y como concluyó un demoledor informe de fiscalización del Tribunal de Cuentas. El proyecto
se impulsó sin cerrar siquiera un acuerdo con Repsol para su mudanza al nuevo puerto. Entre sobrecostes y añadidos posteriores, la factura ronda los 1.000 millones.
Por si fuera poco, la financiación de las instalaciones de Punta Langosteira se fio a una operación urbanística que despertó el entusiasmo de administraciones de PP y PSOE. El
Gobierno del popular José María Aznar y la Xunta de Manuel Fraga se unieron en 2004 al Ayuntamiento que regía el socialista Francisco Vázquez para desafectar y subastar entre promotoras inmobiliarias los muelles del centro de La Coruña trasladando la actividad portuaria a Punta Langosteira. Preveían obtener 200 millones de euros de la privatización del suelo y con ese dinero financiar el nuevo puerto. Pero llegó el pinchazo de la burbuja del ladrillo y aquel plan se vino abajo.
Hoy en día los pantalanes del corazón de la ciudad siguen concentrando el grueso del tráfico portuario de mercancías, incluido el crudo y los productos petroleros. Y sobre el puerto de Coruña pesan dos préstamos multimillonarios. Para pagar las costosas obras, ejecutadas en uno de los puntos más batidos de la costa coruñesa, recibió del Banco Europeo de Inversiones algo más de 100 millones y de Puertos del Estado, 200 millones. A esta asfixia financiera se une que la conexión ferroviaria de Punta Langosteira, con un coste de 140 millones, no tiene quien la pague. “Sin tren el puerto exterior no es un puerto, sino una explanada portuaria”, admitió en diciembre Feijóo, el único político de los que firmaron en 2004 el convenio para construir y financiar la dársena de Coruña que sigue en activo. Era entonces vicepresidente de la Xunta.
La situación límite que vive el proyecto ha empujado a las administraciones que lo impulsaron a reunirse por primera vez en 17 años para buscar una salida. La reunión convocada el 23 de febrero por la alcaldesa socialista Inés Rey y a la que han acudido representantes de Puertos del Estado, el Ministerio de Transportes y la Xunta ha acabado con un balón de oxígeno para la Autoridad Portuaria. El préstamo de 200 millones con Puertos del Estado que debía empezar a amortizar este mismo año no tendrá que pagarlo hasta 2035.
El presidente de Puertos del Estado, Francisco Toledo, confesó que cuando llegó al cargo y vio la situación financiera del puerto de Coruña, al borde de la quiebra por no poder afrontar el pago de los préstamos suscritos, se “asustó” y quedó aterrado por el tema.
HAY OPTIMISMO
MOVIMIENTOS
La Autoridad Portuaria de Coruña pronosticó que crearía 15.000 puestos de trabajo y que en 2020 duplicaría el tráfico portuario. El año pasado sus muelles movieron 1,3 millones de toneladas de mercancías.
INVERSIONES
La entidad Portuaria se muestra optimista, defiende que las instalaciones de Punta Langosteira funcionan entre otras cosas, que han atraído 250 millones en inversiones privadas sin tener tren.