La cifra de empleo, indulgente con la realidad laboral
Según el INEC, el 2020 cerró con una tasa del 5 % de desempleo ❚ El dato se iguala a cifras referenciales de 2016
Las estadísticas se publican con retraso y sin poder compararse con periodos previos por cambio de método.
Las cifras laborales del cierre de 2020 no solo llegaron con más de un mes de retraso, sino con ciertas limitaciones para poder reflejar la real situación del mercado laboral. La última data, dijo el INEC, al haberse sometido a una metodología distinta no puede compararse “estrictamente” con periodos anteriores. Una restricción que, a decir de expertos, no impide ver el deterioro de las cifras.
Según el Instituto Ecuatoriano Estadística y Censos (INEC), a diciembre de 2020 la tasa de desempleo fue de un 5% (parecido a lo que marcó el 2016), lo que significa que, hasta esa fecha, existieron 401.305 personas en el desempleo. Para algunos gremios empresariales, la cifra no refleja una real realidad, “pues la mayoría de personas que han perdido su trabajo buscan opciones en la informalidad o en el empleo no adecuado”, dice Patricio Alarcón, presidente de la Cámara de Comercio de Quito.
Aunque estos datos no son comparables con otros años, dicen, sí pueden servir de referencia. De esta manera salta el deterioro que sigue habiendo en el empleo adecuado. Según el INEC, la tasa del trabajo de calidad cerró en 30,8 %, 8 puntos por debajo de lo que se observó en diciembre de 2019. “Esta información muestra que en el país sigue habiendo un problema importante de empleo, apenas 3 de cada 10 ecuatorianos tiene un empleo adecuado, un número que ha ido descendiendo paulatinamente en los últimos años”, dijo.
Según el INEC, a diciembre de 2020, el subempleo se ubicó en 22,7 %; el empleo no remunerado en 12,2 % y el otro empleo no pleno en 28,4 %.
Si estas cifras se las compara con el tercer trimestre del mismo año 2020 (a septiembre, mes en la que la metodología se equipara a la utilizada en un contexto de pandemia), la lectura tiende a mejorar, pero gracias a los resultados de fin de año, producto de la paulatina recuperación que ha venido teniendo la economía, después de meses de confinamiento y paralización. “A mediados de año tuvimos una contracción muy fuerte. Si vemos el empleo total, a septiembre teníamos una destrucción de 120.000 plazas en relación a septiembre del año anterior, con los datos a diciembre es de 99.000 empleos”. Aún eso está lejos de la recuperación, aclara, pero se debe admitir que la destrucción de empleo gradualmente va cediendo, un resultado que, se espera, siga mejorando a la par de la ansiada recuperación.
La expectativa está puesta no solo en los efectos de una vacunación que permita inmunizar la salud de la gente y con ello garantizar la continuidad de actividades
productivas, sino en las políticas laborales que adopte el próximo gobierno. Para el investigador y máster económico, Ángel Maridueña, el desafío está puesto principalmente en cómo lograr
la inserción de los jóvenes al mercado laboral. “Son los jóvenes a los que mayor prioridad hay que dar en políticas de incentivos”, dice, y eso puede lograrse con un apoyo estatal de parte
del Estado, no solo cubriendo parte del sueldo que deben pagar las empresas privadas, sino otorgando otros incentivos como el tributario o eliminando toda la burocracia para que más negocios se animen a crear trabajos.
De eso depende una real reactivación, dice, hoy frenada hasta el punto de desvanecer toda esperanza de hallar una oportunidad laborar. Un sentir que también se refleja en las cifras. A diciembre, cerca de 9.000 personas salieron de la Población Económicamente Activa (PEA). En este contexto, señala Maridueña, esa disminución podría explicarse que, a la par con los ecuatorianos que no tienen trabajo, existe una gran cantidad de personas que están emigrando a la inactividad. Solo en el último año, 180.000 personas habrían entrado a la Población Económicamente Inactiva (PEI), aquel grupo que estando desempleados han dejado de buscar trabajo, ante la dificultad de hallarlo.
EL DETALLE
Metodología. En 2020, la emergencia sanitaria alteró las actividades de la encuesta, lo que hace que estos datos no puedan compararse con periodos pasados.