El Gobierno, sin un perfil que haga frente por el presidente
ALFIL. Tras Mangas, Romo y Roldán, no queda ninguna figura fuerte de primera línea
En la pandemia, en la crisis de corrupción hospitalaria, en los desmanes en las cárceles, en el secuestro y asesinato de los tres periodistas de El Comercio, en el paro de octubre de 2019. En los episodios más críticos que ha enfrentado el Gobierno de Lenín Moreno, el presidente ha contado siempre con un ministro o secretario de gabinete que hiciera frente en el terreno. En algunos casos, permitiendo que el mandatario apenas aparezca. Ahora no tiene. La vicepresidenta, cargo natural para este rol, ha permanecido siempre en segundo plano.
EL DATO
Salud. Los comentarios de Lenín Moreno sobre un dolor en el pecho acentúan el hueco que ya habían asumido otros altos cargos en los cuatro años.
Sin voz. El Gobierno Nacional ha perdido ese rostro que afronte. Que encare. Que confronte cuando las circunstancias lo ameriten. No lo tiene. El lógicamente llamado a hacerlo es el presidente Lenín Moreno, pero su perfil ha colocado en esa ingrata labor, durante estos casi cuatro años de Gobierno, a otras personas con las que ya no cuenta en su gabinete: el exsecretario Eduardo Mangas, la exministra María Paula Romo, el exvicepresidente Otto Sonnenholzner o el exsecretario Juan Sebastián Roldán.
En otras palabras: no hay voz cantante. Tan así, concluye el analista y consultor político, César Luis Barthelotti, que el Ministerio de Gobierno, también encargado de la gestión política, destina su esfuerzo a la crisis carcelaria y a desvelar el crimen de Efraín Ruales, que a tratar de evitar que el Consejo de Administración Legislativa (CAL) devuelva con viento fresco la Ley de Defensa de la Dolarización por tercera vez consecutiva. “Algo que habría hecho (María Paula) Romo”, recalca.
Y es que el perfil del actual ministro Patricio Pazmiño, llamado a asumir ese rol, no es político lo que de entrada evidencia que ese aspecto no está entre las prioridades del jefe de Estado en la recta final de su mandato.
¿Y la vicepresidenta María Alejandra Muñoz? Barthelotti no la ve en el panorama. Cree que la funcionaria, empeñada en la lucha contra la desnutrición crónica infantil, tomará relevancia sí y solamente si la salud del presidente Moreno llegara a deteriorarse de tal manera que lo obligue a entregarle el poder hasta el final del periodo. “Y en consecuencia ella lidere una transición tibiamente e incluso sea quien entregue el poder el 24 de mayo próximo”.
A decir del analista y consultor político, Jorge León, una clara falta de liderazgo de parte del primer mandatario es el motivo de esta carencia de voz fuerte en el Gobierno que siempre debió llevarla él (con su propia marca y no al estilo de Rafael Correa). “Y en los casos en los que ha tocado enfrentar o salir a la luz pública siempre han sido más un desacierto que un acierto”.
El constitucionalista Ismael Quintana no ve que al presidente Moreno le interese en el ocaso de su gestión delegar a una persona de su gabinete para que haga de parlante y de bombero del Gobierno. Los traspiés de la Ley de Defensa de la Dolarización es clara evidencia de aquello, aunque Moreno dijo que ha delegado al ministro Mauricio Pozo para que se reúna con los miembros del CAL y llegar a un acuerdo.
Pero no solo se le viene eso. Podrá el Gobierno encarar la marcha de alcaldes del próximo martes. O apagar el inminente incendio cuando se desvele por orden judicial la lista de vacunados contra la COVID-19. ¿Habrá respuesta o silencio?
EL DETALLE
La política. Durante el gobierno del expresidente Rafael Correa se creó la Secretaría de Gestión Política que ahora es parte del Ministerio de Gobierno.