En Píntag exigen transparencia sobre el manejo de los fondos del peaje San Alfonso
Usuarios indican que pese a los pagos, las vías están en mal estado
“Las volquetas pagan entre tres y cinco dólares para pasar por el peaje San Alfonso. ¿Dónde está ese dinero? ¿En qué se usa?”, pregunta Édgar Toapanta, presidente de la Asociación de Transporte Pesado en Volquetas y Maquinarias.
El gremio, así como representantes de doce barrios de la parroquia Píntag, al oriente de Quito, exigen al Gobierno Autónomo Descentralizado de la localidad que transparente las inversiones realizadas con la recaudación de peaje.
Estos indican que, la vía al Antisana no ha sido intervenida en quince años y que, en los últimos dos meses, debido a las fuertes lluvias, la situación de la carretera de 5,5 kilómetros de longitud se ha agravado.
La vía se cuenta con baches de hasta diez centímetros de profundidad, bordes rotos y carcomidos, y cunetas a punto de desmoronarse.
“Es dificilísimo transitar y los carros se dañan. Hemos pedido respuestas y no nos dan ninguna, ni nos facilitan los documentos para ver en qué se ha usado ese dinero”, agregó Álvaro Zimba, representante de los barrios de la parroquia.
Este agregó que, tras enviar varios oficios a la Junta Parroquial sin respuesta alguna, han decidido llevar la querella al Municipio de Quito, ente rector de este, y a la Contraloría General del Estado.
“Queremos que la competencia pase a la prefectura”, dijo.
En respuesta a las quejas, el GAD de Píntag indicó en un comunicado que San Alfonso no es un peaje sino “un control pétreo”, y que los pagos son una contribución para remediar el daño ambiental. La entidad indicó que no tienen competencia sobre esa vía, y que se ha invertido en los caminos vecinales.