Cuba se debate entre la continuidad y el cambio
El partido comunista celebró ayer su octavo congreso ❚ Hay una generación histórica de dirigentes en retirada ❚ El país en crisis y con una grave pandemia
Unidad y continuidad. Estos son los principales lemas del octavo congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) que comenzó ayer, en La Habana, y se realiza en un momento clave, donde la isla está envuelta en una de las peores crisis de su historia y cuando Raúl Castro, y con él toda la generación histórica, van de retirada. Raúl tiene 89 años. Ramón Machado Ventura, actual segundo secretario del PCC, cumplirá 91 en octubre. Los veteranos comandantes Ramiro Valdés y Guillermo García tienen, respectivamente, 88 y 92. Por razones obvias el relevo generacional se impone, y si unidad y continuidad han sido las consignas elegidas, no es por gusto: se cierra el ciclo iniciado en 1959 por quienes ocuparon el máximo liderazgo del país desde que bajaron de la Sierra Maestra.
Fue el propio Raúl Castro que en el pasado congreso del PCC ordenó el relevo, al proponer un límite de dos mandatos para ocupar un alto cargo político y una edad máxima de 60 años para ingresar al comité central del PCC, y de 70 para ocupar los más altos puestos en esta organización política, la única que existe en el país y a la que la Constitución asigna el papel de “vanguardia de la sociedad”. El propio Raúl Castro en alguna ocasión calificó esta renovación como una cuestión “estratégica”, pues de lo que se trata y lo que está en juego es que la revolución sobreviva a sus fundadores. De ahí el mantra de la continuidad.
Casi todos los dirigentes del partido a nivel municipal y provincial nacieron después de 1959. Pero los miembros de la vieja guardia han seguido ocupando cargos relevantes, compartidos con dirigentes de una generación intermedia. En el núcleo duro del PCC, el buró político, su más alta instancia, la edad promedio es de 69 años y ocho de sus 17 integrantes tienen más de 75 (cinco de ellos son militares).
La entrega del testigo a una nueva generación ya se ha producido de hecho en el Gobierno. El presidente del país, Miguel Díaz-canel, cumple 61 años el próximo martes, y el primer ministro, Manuel Marrero, nació en 1963. Fue Raúl Castro quien seleccionó a Díazcanel como su sucesor en la presidencia, después de haberlo calificado como el “único superviviente” de una generación de dirigentes que en diferentes momentos fueron aupados por los históricos para garantizar la sucesión y supervivencia de la revolución, pero que en su mayoría cayeron en desgracia.
El propio Raúl Castro, al cederle la presidencia en 2018, dijo que si todo marchaba según lo previsto, Díaz-canel sería elegido también primer secretario del PCC en el séptimo congreso.
Si no hay sorpresas, así será y se completará el ciclo. Pero, ¿se marcharán del todo los históricos? ¿Seguirá siendo tutelada la continuidad? ¿Cómo quedarán constituidos el comité central y el buró político, y el balance entre los sectores anclados en la “vieja mentalidad” y los más reformistas? ¿Tendrán margen los nuevos líderes para introducir cambios? Son muchas las cábalas políticas y las preguntas que flotan en el aire en torno a Cuba.
EL DETALLE
Escogió. Raúl Castro fue quien seleccionó a Miguel Díaz-canel como su sucesor en la presidencia para garantizar la revolución.
LA FRASE
Si se retiran todos los históricos junto a Raúl Castro, el sustituto debe ser alguien de confianza.
CARLOS ALZUGARAY, exdiplomático cubano