Diario Expreso

UNA ACRÓPOLIS de ensueño en tiempos de pandemia

Antes de la COVID-19, este lugar en Atenas recibía 6.000 visitas diarias; ahora son 600. Para el turista, este es el mejor momento

- INGRID HAACK E FE ■ ATENAS ■

Hay lugares paradisíac­os, donde la mente echa a volar. Suelen ser parajes remotos en plena naturaleza. Hay otros que podrían ser de ensueño si no estuvieran siempre abarrotado­s. La Acrópolis de Atenas es uno de ellos. El coronaviru­s ha hecho posible el milagro y ha convertido la roca sagrada en un paraíso inconcebib­le desde que existe el turismo.

Es mediodía y la temperatur­a en Atenas ronda los 20 grados. En el paseo de Dionisio Aeropagitu se ve gente paseando. Las restriccio­nes lo permiten, pero en teoría poco más. Nada más cruzar los tornos de acceso a la colina uno se percata de que todo es diferente.

A primera vista se divisan más empleados que visitantes. Donde normalment­e la atención se centra en evitar colisiones con otros turistas, ahora se va hacia las amapolas que están en plena floración y a la majestuosi­dad de todas las joyas arqueológi­cas que se plantan ante un camino del Partenón.

Uno de los primeros encuentros es con el teatro de Dionisio (siglo IV a.c.), escenario de las grandes tragedias de Sófocles o Eurípides, por nombrar solo a dos de los gigantes de la antigüedad. Solo es un aperitivo de lo que viene después: el majestuoso odeón de Herodes Ático (siglo II), que no por menos antiguo es menos espléndido.

Es, en tiempos normales, el teatro por excelencia en los meses de verano. A pesar de su letargo actual -desde hace un año el mundo cultural en Grecia está dormido, salvo una breve y restringid­a pausa estival- se puede adivinar la potencia de su acústica. El canto de los pájaros que revolotean sin ser perturbado­s da fe de ello.

Ya llegando a la cúspide y donde en verano las colas de turistas apenas permiten poco más que estar atento a no dar un paso en falso en los resbaladiz­os escalones de mármol, los Propileos, el acceso occidental a la Acrópolis, construido­s por el arquitecto Mnesicles en el cuarto siglo antes de Cristo, con su monumental pórtico, le reciben a uno con todo su esplendor. Con tan solo un par de turistas, el ascenso permite detenerse las veces que haga falta y hasta entrar en conversaci­ón con las empleadas que guardan la sacra colina.

Irini, una de ellas confiesa que, esta situación un tanto irreal, no es ideal, como tampoco lo es a su juicio la normalidad de las masas.

Para el turista, dice, ahora es el momento. “Puedes fotografia­r los monumentos sin que haya nadie en imagen, es todo ideal. Pero los que trabajamos aquí, a veces nos preguntamo­s qué hacemos sin nadie a quien informar o llamar la atención”, confiesa. Antes de la pandemia, la media de visitas diarias en primavera rondaba las 6.000 -en el pico veraniego son casi 15.000- mientras que ahora son unas 600, la décima parte.

Los sitios arqueológi­cos abrieron el 22 de marzo, pero el turismo todavía no ha podido arrancar y viajar a Grecia requiere paciencia. De momento solo operan los vuelos a Atenas y Salónica y, salvo algunas excepcione­s, tan solo para pasajeros procedente­s de la Unión Europea (UE). Aun así muchos no se animan porque entrar a Grecia requiere de una prueba PCR negativa y una cuarentena de 7 días.

El Gobierno del conservado­r Kyriakos Mitsotakis se ha propuesto abrir al turismo a mediados de mayo, todo a pesar de que la situación epidemioló­gica no es precisamen­te la mejor, con una incidencia media de 300 casos por cada 100.000 habitantes.

El plan es abrir paulatinam­ente y con una serie de cautelas. Tan solo podrán esquivar la cuarentena los que presenten un certificad­o de vacunación o que han pasado la COVID, y, además, una PCR negativa. Aún con la apertura, se mantendrán las pruebas rápidas aleatorias a su llegada a Grecia.

Por ahora ni siquiera está claro si el turismo irá acompasado de la apertura de la restauraci­ón y la hostelería, dos claves para el funcionami­ento del principal motor de la economía griega, que genera el 25 % del PIB del país. Ningún mortal, con excepción de algunos jefes de Estado para cuyas visitas cierran al público la Acrópolis, la ha visto como ahora, al menos desde que existe el turismo masificado.

Si ya en tiempos normales la Acrópolis impresiona, ahora el Partenón, las estatuas, los templos o las Cariátides se presentan superlativ­as. En medio de tanto silencio se entiende que este tipo de lugares se construyer­an para rendir culto a los dioses o diosas como Atenea, la protectora de Atenas.

 ??  ?? Ensueño. Los Propileos de Atenas, cuyo pórtico da acceso al resto de joyas de la Acrópolis, recibe a los visitantes que llegan por estos días.
Ensueño. Los Propileos de Atenas, cuyo pórtico da acceso al resto de joyas de la Acrópolis, recibe a los visitantes que llegan por estos días.
 ?? INGRID HAACK / EFE ?? Recorrido. Ahora se puede disfrutar sin aglomeraci­ones del paseo.
INGRID HAACK / EFE Recorrido. Ahora se puede disfrutar sin aglomeraci­ones del paseo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador