LAS ACTAS COLONIALES DEL CABILDO DE GUAYAQUIL
Hay historiadores que han escrito libros afirmando que los importantes productores de cacao despojaron tierras de indígenas y pequeños agricultores. Generalizaron el atropello, no les reconocen nada. Los gremios empresariales de Guayaquil no se han interesado en defenderse. Así ha quedado escrito en nuestra historia. ¿Cuánto es verdad y cuánto es mentira? Me propuse investigar. Es el primer capítulo de un libro que escribo de las haciendas de la Costa. Comencé leyendo las actas del Cabildo desde 1695. Antes la exportación de cacao fue mínima.
Actas coloniales hay desde 1634, las de los años anteriores no se han encontrado. Juan Freire Granizo las recopiló hasta 1694. Las de 1695 hasta 1749, Ezio Garay Arellano. Todo guayaquileño las debería leer para conocer el desarrollo de Guayaquil a través de los siglos. Los temas que se tratan en las sesiones son variados. En las actas de 1695 hay referencia a actividades relacionadas con Ciudad Nueva. En 1693 se inició el traslado de la ciudad que estaba en el cerro Santa Ana a ‘sabaneta’, una extensa llanura, hoy, el centro de Guayaquil. No todos los habitantes se trasladaron. En la sesión del 30 de enero de 1696, Blas García de la Peña, ofreció construir la nueva casa del Cabildo. En la del 8 de junio el Cabildo prohibió que las balsas llegaran a Ciudad Vieja; eran los medios de transporte para mover pasajeros y carga. En la del 17 de agosto se dio plazo de 4 meses para que “…los ranchos construidos en el puente de Villamar (actual calle Loja) se trasladen a Ciudad Nueva”. En la del 21 de agosto, “…por haber necesidad de agua, se manda a construir un estanque para traer agua dulce”. En la del 3 de septiembre “Se ordena reconocer las pesas para comprobar su cabalidad en el abasto de la carne.” Desde esa época existía el vendedor deshonesto, como en la actualidad. Entre 1708 y 1716, hubo sesiones relacionadas con solicitudes al virrey en Lima para levantar las restricciones para exportar el cacao, tomando en consideración las enormes pérdidas sufridas por los incendios y ataques de piratas; se aprobó el remate de las carnicerías. En la del 6 de junio de 1727, “se dispone controlar el precio de los medicamentos por el grave estado de salud de la ciudad”. El 15 de octubre de 1728 hubo Cabildo abierto “…para tratar el sitio en que se ha de construir el nuevo hospital”.
El sistema económico de la corona española fue el mercantilismo, el más atrasado de Europa. Una de las características era el monopolio de los reyes en diversas actividades económicas, entre ellas sal, aguardiente y tabaco. También llamados estancos eran rematados al mejor postor, incluyendo los impuestos diezmo y alcabala. El primero era a la producción agrícola, el favorecido tenía que ir a los sitios de producción a cobrar. Una parte importante de la recaudación era para la Iglesia. El segundo era a la actividad comercial y 100 % se destinaba a la corona.
Entre 1731 y 1739, preocupado por los incendios, el Cabildo dio plazo de un año para que en las casas se usara la teja en lugar de la paja en la construcción de los techos. Por la escasez de carne, el Cabildo prohibió vender el ganado en la Sierra, lo que motivó una protesta de los ganaderos; recibió una comunicación de los que se sentían perjudicados. También facultó a ejercer la medicina.
En las actas hay cargos públicos que actualmente han desaparecido: fiel ejecutor, corredor de lonja, administrador de propios, alguacil mayor, regidor perpetuo, maestro de campo mayor, alcalde de la hermandad, mayordomo del hospital, entre otros. No hay espacio para cubrir más años de las sesiones.