Un museo para entrar en el fantasioso mundo de H.C. Andersen
El espacio está inspirado en los cuentos para niños del escritor danés
La ciudad danesa de Odense inauguró un nuevo museo dedicado a su ciudadano más ilustre, el escritor de cuentos infantiles Hans Christian Andersen (1805-1875).
El museo (casa), que promete ser un espacio innovador en términos de modernidad, arquitectura y estímulos sensoriales, está inspirado en los cuentos para niños del escritor.
El proyecto a gran escala, diseñado por el reconocido arquitecto japonés Kengo Kuma, costó más de 60 millones de dólares. Se ha estado trabajando en los últimos detalles hasta pocos días antes de la inauguración, el 30 de junio, pero aún faltan unos retoques, sobre todo en los sectores de jardín. Tal vez, esta demora responda precisamente al espíritu de Andersen: estimular al visitante a usar su propia imaginación de cómo podría verse el museo una vez finalizado.
Andersen nació el 2 de abril de 1805. Muchos de sus cuentos se centran en experiencias de su niñez en Odense. Obras como ‘La sirenita’, ‘La princesa y el guisante’ y ‘El patito feo’ figuran entre los grandes clásicos de la literatura infantil.
Los cuentos del escritor danés difícilmente terminan con una moraleja. “El universo de Andersen rara vez ofrece respuestas. Cuando se llega al final de la historia, tiene que reflexionar uno mismo sobre su significado”, señala el director creativo del museo, Henrik Lübker.
“No da las respuestas, sino que hace las preguntas. Y esto es exactamente lo que debería encarnar la Casa Andersen. Este no es un museo lleno de respuestas, sino un museo lleno de preguntas”, remarca.
Durante mucho tiempo, Odense ha honrado a su hijo más famoso con una exposición clásica centrada en su casa natal de color amarillo, que con el paso del tiempo fue perdiendo su brillo.
En el nuevo museo se mezclan y entrelazan muchas cosas. Apenas hay ángulos rectos, pero abundan los setos y los laberintos. “Fusionamos lo que está fuera y lo que está adentro, lo que es naturaleza y lo que es arquitectura”, explica Lübker.
El visitante transitará un mundo que pasa de lo real a lo fantástico, pero sobre todo tendrá una cosa: mucha diversión.
La idea arquitectónica, según Kuma, se basa en el planteamiento de Andersen de que un mundo pequeño puede expandirse de pronto en un universo más grande. “En ese universo no hay un orden jerárquico, no hay un lado frontal ni una dirección definida”, aclara.
El jardín del museo refleja el punto culminante exterior del edificio. Una parte de él está diseñado deliberadamente para que parezca que se ha hundido. Desde ese punto, un camino circular de 110 metros de largo conduce al universo fantástico de Andersen, que es predominantemente subterráneo.
El camino recorre primero la vida de Andersen, para luego avanzar a la experiencia interactiva con algunos de sus cuentos. Así, por ejemplo, el visitante puede maravillarse cuando su propia sombra adquiere vida propia, como ocurre en ‘La Sombra’, un cuento poco conocido del gran poeta y escritor danés, o cuando de pronto escucha el canto de las sirenas bajo el agua.