Tras las huellas del joven Putin en San Petersburgo
La ciudad natal del líder ruso tiene una ruta que sigue gran parte de su vida ❚ Es una opción turística, pero de las menos pedidas
Cuando se realizan grandes eventos en San Petersburgo, el presidente Vladimir Putin se muestra orgulloso de su ciudad natal. La metrópoli rusa situada sobre la desembocadura del río Neva en el golfo de Finlandia, muy popular entre los turistas, ofrece también visitas guiadas para los interesados en seguir los pasos del político que nació allí hace 68 años, en la casa de partos más antigua de la ciudad.
“Conmigo no habrá cotilleos sobre la vida íntima de Putin o sobre el número de hijos ilegítimos”, señala el guía Yuri Neshinski apenas comienza el recorrido. El doctor en historia recalca que solo se basa en fuentes originales, que su tour no se centra únicamente en torno al político, cuyos opositores también aquí, en la llamada Venecia del Norte, se manifiestan con frecuencia contra el “ladrón Putin” y la creciente represión.
“Aquí vamos a ver al Putin hijo, al estudiante, al atleta y al novato en el KGB (Comité para la Seguridad del Estado)”, dice Neshinski. El edificio del temido servicio secreto soviético KGB, que perseguía a los disidentes bajo el régimen comunista, alberga ahora al Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia.
Neshinski cuenta la historia de la llamada “Gran Casa”, con su arquitectura sencilla y fría de estilo monumental soviético, donde rechazaron a Putin cuando pidió ser admitido en el KGB. Tras estudiar derecho, Putin logró finalmente ingresar en el servicio secreto. Su primer destino como oficial fue la ciudad de Dresde, donde debía ayudar a garantizar el funcionamiento del estado de vigilancia en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Tras la caída del Muro de Berlín en 1989, Putin y su familia regresaron a Rusia.
El recorrido sigue hasta el edificio de viviendas de la época del dictador Josef Stalin, donde Putin vivía junto a su esposa Liudmila y sus dos hijas. Neshinski cuenta de cuando Putin se encontró por primera vez con la azafata de Kaliningrado (antiguamente Königsberg) en la céntrica avenida Nevsky Prospekt, para ir a un concierto. Se casaron en 1983. Treinta años se separaron.
El historiador también habla del padre de Putin, un veterano que quedó inválido por las heridas de guerra, y de la madre del presidente. Ella sobrevivió al bloqueo de Leningrado por los nazis, perdió dos hijos y tenía más de 40 años cuando dio a luz a su tercer y último hijo, Vladimir.
El guía revela que la excursión de tres horas y media ‘Putin en Petersburgo’ es contratada sobre todo por agentes de los servicios secretos y por periodistas. “Pero de todas las excursiones que ofrezco es la que menos vendo”, admite.