La Contraloría II
No existe institución totalmente impoluta y honesta, ya que los “manos rápidas” han estado frenados por funcionarios idóneos y correctos que ocupaban los cargos de importancia y jerarquía dentro de ellas.
En la Auditoría citada en mi editorial anterior, otra prueba falsa introducida y descartada fue una factura marítima donde figuraba un precio inferior frente al valor pagado por mí para transportar las 400 t de DDT desde Indonesia al Ecuador, patraña invalidada gracias a una comunicación del Alm. (r) Marco Arturo León Dueñas, gerente general de Transnave.
Para remate, convencieron al director general de Migración para que emitiese un certificado falso indicando que el firmante del contrato en Quito jamás estuvo en el Ecuador, hecho refutado al presentarse su pasaporte notariado donde se registraban 7 entradas y salidas del país.
Este proceso agobiante fue agradable aunque duró 5 años, ya que en mis escritos me dirigía a los auditores expresando: “Los auditores de la Contraloría mediante actos de bajeza indiscutible, pero acordes con su reducida talla física y moral, pretenden lesionar la honra de quienes la recibimos y defendemos como único patrimonio familiar que a nivel público y privado la hemos mantenido intachable”. “No hemos perdido la fe en la Contraloría, pese a los esfuerzos de auditores indeseables que cual malandrines de baja ralea se han introducido en ella buscando saciar sus apetitos políticos o los de quienes los conquistan, compran o presionan”.
El jefe de Auditoría II y sus compinches, no redactaron el Informe Definitivo, pese al pedido mensual que enviaba a la Contraloría exigiendo su publicación. Con total desvergüenza dejaron consumir el tiempo establecido para la realización de un examen especial, incapaces de reconocer sus malévolas prácticas y mi absoluta y total inocencia en el proceso.
El director de Responsabilidades expresó el 20 de junio de 1990 que “el expediente se encuentra en archivo, por cuanto las responsabilidades administrativas que constan en el informe respectivo perdieron vigencia el 5 de julio de 1989”.
Y sigo andando…