Un estado de excepción que se recibe con recelo
REACCIÓN. Voces de la salud y el turismo de Guayaquil miran con suspicacia las medidas
Nuevas restricciones para Guayaquil y El Oro. La presencia de las variantes delta y delta plus de la COVID-19 empuja al Gobierno Nacional a decretar un estado de excepción focalizado que no termina de convencer a miembros del sector de la salud y el turismo del Puerto Principal. Que las medidas deberían ser más rigurosas y extenderse a otros cantones del país, opinan los primeros. Mientras que los segundos avecinan más pérdidas económicas en un sector ya bastante golpeado por la pandemia.
Las medidas adoptadas por el Gobierno para mitigar el impacto de la variante delta en Guayaquil dejan insatisfechos a los salubristas y resignado al sector turístico.
Para los primeros, se debe anteponer la prevención y por ello las restricciones deberían ser mayores y extenderse incluso a más cantones y provincias.
Para los segundos, implica nuevas pérdidas económicas y un freno al proceso de reactivación de sus actividades, sobre todo las relacionadas con el entretenimiento y la gastronomía.
El presidente de la República, Guillermo Lasso, decretó ayer un estado de excepción por 15 días, del 14 al 28 de julio, focalizado para Guayaquil y la provincia de El Oro.
El mandatario alegó ‘calamidad pública’, luego de que el lunes se confirmaran los diez primeros casos detectados de la variante delta y delta plus del virus causante de la COVID-19; y que el martes se informara del deceso de cinco de ellos.
Las restricciones son más fuertes en El Oro, de donde procedían todos los diez casos, aunque dos de ellos fueron transferidos al hospital de Los Ceibos en Guayaquil, donde fallecieron la semana pasada.
Allá la excepción incluye un toque de queda de 20:00 a 06:00 de lunes a jueves; y de 18:00 a 06:00 de viernes a domingo. También se prohíbe el transporte interprovincial desde El Oro y se dispone un aforo de 30 % en el transporte público.
Adicionalmente, los aforos se limitarán al 25 % de la capacidad en todos los locales de atención al público; y se suspenden los permisos a los establecimientos educativos que habían obtenido la autorización para volver a clases presenciales de modo voluntario.
En Guayaquil, en cambio, se limita la libertad de reunión y los aforos no podrán ser mayores al 50 % en espacios cerrados y al 75 % en los espacios abiertos de atención al público. Sobre el tránsito, el decreto establece que el transporte público limitará su aforo al 50 %, pero se mantiene la libre circulación de los vehículos privados.
Estas medidas fueron acogidas y puestas en vigencia de inmediato por el COE cantonal de Guayaquil, que en la tarde las incluyó dentro de una resolución en la que, como primer punto, decidió establecer el nivel de alerta 2 en la ciudad.
De igual modo, suspendió las frecuencias de los buses que viajan hacia El Oro.
En una sesión efectuada en la mañana, en la que anunció el aumento de puntos de vacunación en la ciudad, la alcaldesa Cynthia Viteri llamó a los alcaldes de los cantones vecinos de Guayaquil a acoger las medidas que dictara el Gobierno.
Argumentó para ello la intensa movilidad de personas entre estas jurisdicciones y Guayaquil. Además, que las personas que se divierten y se contagian en estos cantones, vienen después a curarse en los hospitales de esta ciudad.