Una sola vía
Los ecuatorianos tenemos una sola vía para superar la crisis, que se agrava cada día que perdemos en tomarla para iniciar el recorrido hacia un futuro próspero y de justicia social para todos. Se han acumulado a lo largo de los años deficiencias culturales derivadas de una pobre educación de su dirigencia que convirtió a la política en politiquería, creando una estructura ciudadana no autosuficiente sino que recurre al mesianismo demagógico para solucionar sus problema cotidianos, con visiones cortoplacistas clientelares; una sociedad corporativa de exigencias y derechos pero ignorante de obligaciones y deberes. Hoy, tras los peores 14 años de la peor gobernanza del país, tenemos la oportunidad de iniciar un proceso de liberación, de convertirnos en una república democrática moderna de derechos y deberes, de producción sustentable, de justicia social sólidamente basada en principios redistributivos para el bien común, soportado en bases económicas reales que paguen la deuda social de los gobiernos con su pueblo y plasmada en un gran encuentro nacional, logrando la unidad de los ecuatorianos para cambiar la sociedad y realmente proyectarla al siglo XXI. Cambiar el chip a los ecuatorianos, creando condiciones para atraer inversión que genere empleos dignos y producción para consumo interno de primerísima calidad, que eleve la competitividad para la exportación generadora de divisas para mantener la dolarización. Esto se logra con total apertura que genere igualdad de oportunidades a todos y estimule la competencia en tecnología y productividad, y en la mejor educación, salud y seguridad pública para todos, elevando su nivel de vida. La decisión del país que queremos está en nuestras manos. Si la dirigencia política no se ajusta a ella, deberemos ser los ciudadanos los que nos manifestemos dentro del marco de la Constitución por los cambios necesarios en las consultas que tengan que hacerse.
Juan José Pons Arízaga