Con flores, ayudó a ‘abrazar’ en cuarentena
Desde que arrancó su negocio de venta de rosas en 2013, no planificó multiplicar las ventas cuando llegara una pandemia y mucho menos lo deseó. Pero cuando la COVID-19 aterrizó en Guayaquil y alcanzó con sus tentáculos a miles de personas, el negocio Sunday Morning Flowers llegó a su máximo auge en ventas.
De vender 8 arreglos florales, pasó a despachar hasta 80 de ellos al mes, entre marzo y junio de 2020. “Lamentaba que fuera gracias a la pandemia”, enfatiza con rostro apesadumbrado Francesca Plaza, su propietaria, de 30 años de edad.
Es que para entonces la venta de estos ramilletes tenía un motivo triste. Las flores eran para ese ser querido que murió a causa
FLORES POR ABRAZOS
Mis trabajos son delicados y tienen muchos detalles, como perlas, ganchitos de madera, tarjetas, lazos, para dar un regalo completo. A raíz de la pandemia, ese fue el giro principal que dio mi negocio: unir a través de las flores.
del virus y al que no fue posible acompañar en el sepelio. Eran para aquellos que estaban internados en una clínica u hospital agonizando por la enfermedad. Eran para esos amigos ahogados por la pena tras haber perdido a algún familiar. O para la novia que estaba de cumpleaños y no era posible ir a visitar, porque había que guardar cuarentena.
Después de notar la necesidad de las flores, Francesca comprendió que la venta iba más allá del negocio. Entendió que pasar horas arreglando y decorando manojos de flores, rosas y suculentas y lograr que lleguen al destino pedido, era una forma de aportar al alivio de aquel momento tan crítico, porque las flores representaban los abrazos que las personas no se podían dar y las caricias que tuvieron que pausarse.
Se apasionó tanto con cada pedido, que empezó a dar descuentos e incluso donó varios arreglos. “Había gente que me decía ‘solo tengo cierta cantidad de dinero, pero quiero las flores’, y con ese dinero solo alcanzaba para el envío, y yo se las enviaba. Porque era un momento de unión”, menciona.