Cuando los árboles se vuelven un dolor de cabeza en la urbe
El tiempo y el viento provocan que los troncos se vuelquen y se conviertan en un peligro ❚ Retirarlos es obligatorio ❚ Hay un plan de compensación ambiental
Un problema silencioso. Los árboles cumplen funciones vitales como oxigenación, sombra y control de la temperatura, pero cada cierto tiempo se convierten en una carga para la urbe. Ya sea por edad, altura o tipo, su estructura empieza a colapsar. Esto aumenta el riesgo de caída y sus respectivas consecuencias: heridos, daños en casas, corte del alumbrado público y hasta destrucción de vehículos.
Por ejemplo, en el barrio 18 de Septiembre, al norte de Quito, temían que siete árboles destruyan las casas. Su miedo era justificado: en una pequeña ladera, las raíces ya estaban al aire y los troncos inclinados hacia sus residencias.
Luis Pasquel, cuyo inmueble estaba en el trayecto de la inclinación, organizó una comisión con vecinos para pedir ayuda a la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop). go de los árboles? Romo explica que hay tres maneras principales: un documento dirigido a la Epmmop, llamadas al 911 y mensajes a las cuentas de redes sociales.
Según él, todas las denuncias son atendidas, pero a veces tardan en ir a podar. “No siempre los riesgos aparentes son inminentes, a veces la gente se asusta, pero con el informe técnico se determina el nivel de riesgo y se le da prioridad baja, media o alta. Cuando es algo urgente se actúa de inmediato. No se puede esperar porque los árboles se vuelcan, obstruyen vías y generan inconvenientes”.
El Cuerpo de Bomberos es un socio estratégico en esta tarea. También cuenta con los implementos necesarios para atender las emergencias. Claro, no solo se retiran los volcados, también se analizan los que ya están secos o que pueden convertirse en un riesgo al mediano plazo.
Debido a la importancia de los árboles en la urbe, existe un trabajo de compensación ambiental. La Dirección de Áreas Naturales tiene un plan de reposición.
Según el último informe, desde enero se han plantado 1.600 nuevos árboles en zonas urbanas como la 6 de diciembre, Los Shyris, Eloy Alfaro, Quitumbe...
Este trabajo busca, a mediano plazo, reemplazar a los árboles que no son nativos y que están más propensos a convertirse en un problema.
El objetivo central es que sigan cumpliendo con las funciones principales, pero sin convertirse en un futuro dolor de cabeza.
La situación se estaba volviendo muy problemática. Sentíamos mucho miedo de que suceda alguna tragedia, sobre todo en esta época de lluvia.
LUIS PASQUEL, habitante del barrio 18 de Septiembre.
No teníamos paz. Cada vez que sonaban los árboles aumentaba el miedo. Ya estábamos desesperados. Nos sentíamos en mucho peligro.
MARCO ROMO, director de Áreas Naturales de la
Gerencia de Administración de
Parques
Todas las denuncias son analizadas, pero no siempre se trata de emergencias y por ello toma un poco más de tiempo hasta que sean atendidas.