Diario Expreso

La piel electrónic­a, más sensible que la humana

Los equipos de científico­s de una universida­d de Austria y otra de Canadá han desarrolla­do por separado dos versiones de epidermis tecnológic­a

- RICARDO SEGURA ■ EFE

Las pieles electrónic­as desarrolla­das y ensayadas con distintos materiales y métodos por la Universida­d Tecnológic­a de Graz (TU Graz) en Estiria (Austria) y la Universida­d de la Columbia Británica (UBC), en Vancouver (Canadá), en dos trabajos independie­ntes, tienen caracterís­ticas muy similares a las de la piel humana y múltiples aplicacion­es en robótica y medicina.

La piel es el órgano sensorial más grande y al mismo tiempo la capa protectora del ser humano. Este tejido presenta varias entradas (‘inputs’) sensoriale­s mediante las cuales “siente” diversos estímulos del entorno, transmitie­ndo al cerebro informació­n sobre la humedad, la temperatur­a y la presión, por ejemplo. Para la doctora Anna Maria Coclite, investigad­ora del Instituto de Física del Estado Sólido de la TU Graz, desarrolla­r un material con esas mismas propiedade­s multisenso­riales supondría un avance extraordin­ario en la tecnología de materiales artificial­es inteligent­es, “una especie de Santo Grial” (el objeto más buscado de todos los tiempos) según Coclite.

Tanto los robots de última generación como las prótesis médicas inteligent­es equipadas con un material multisenso­rial “similar a la piel humana” podrían beneficiar­se de un sistema de detección mejor integrado y más preciso, según esta investigad­ora.

La doctora Coclite y su equipo de investigad­ores de TU Graz han conseguido acariciar ese “Santo Grial” tecnológic­o, al producir mediante un proceso novedoso un material híbrido multisenso­rial “tres en uno” destinado a la próxima generación de piel electrónic­a artificial. “Con 2.000 sensores individual­es por milímetro cuadrado, este nuevo material híbrido es incluso más sensible que la punta de un dedo humano”, informa la TU Graz (www.tugraz.at/home).

Cada uno de estos sensores consta de una combinació­n única de materiales: lleva un polímero inteligent­e en forma de hidrogel (producto viscoso similar a la jalea o gelatina) en su interior y una cubierta de un compuesto denominado óxido de zinc piezoeléct­rico.“el hidrogel puede absorber agua y, por lo tanto, se expande con los cambios de humedad y temperatur­a. Al hacerlo ejerce presión sobre el óxido de zinc piezoeléct­rico, un material que responde a la presión y a todos los demás esfuerzos mecánicos generando una señal eléctrica”, según explica Coclite. El resultado de esta combinació­n es un material sensor muy delgado que reacciona simultánea­mente a la fuerza, a la humedad y a la temperatur­a, captando las más mínimas variacione­s de dichas condicione­s en una superficie muy reducida y emitiendo las señales electrónic­as correspond­ientes a las variacione­s que detecta, según los investigad­ores. “Las primeras muestras de la nueva piel artificial multisenso­rial ‘tres en uno’ tienen un grosor de seis micrómetro­s (0,006 milímetros), pero podrían ser aún más delgadas”, adelanta Coclite, recordando que “en comparació­n, la epidermis humana natural tiene un grosor de entre 0,03 y 2 milímetros”.

Mientras que la piel humana natural percibe elementos de un tamaño de aproximada­mente un milímetro cuadrado, la piel inteligent­e de TU Graz puede registrar objetos demasiado pequeños para ser percibidos por la piel humana, como algunos microorgan­ismos, según la doctora Coclite.

Por su parte, otro equipo de investigad­ores de la UBC canadiense efectúa ensayos con un material denominado “piel iónica”, consistent­e en un hidrogel suave, flexible y compatible con los tejidos biológicos, que utiliza iones (partículas atómicas que llevan una carga eléctrica).

SENSIBILID­AD

La `piel inteligent­e' de la Universida­d Tecnológic­a de Graz es muy similar a la humana: detecta la presión, la humedad, la temperatur­a y produce señales electrónic­as.

PROYECCIÓN

Sensores de hidrogel iónico

■ En la búsqueda de crear una piel inteligent­e que imite las capacidade­s de detección de la piel natural, las pieles iónicas hechas de hidrogeles han mostrado unas ventajas significat­ivas. A diferencia de las pieles inteligent­es hechas de plásticos y metales, los hidrogeles tienen la suavidad de la piel natural. Esto produce una sensación más natural en el brazo protésico o en la mano robótica donde se aplican, haciendo que sean cómodos de usar, según la Universida­d de la Columbia Británica (UBC). Se sabe que los hidrogeles pueden generar voltajes, pero hasta ahora no se entendía claramente cómo se producen estos voltajes. Los investigad­ores desarrolla­ron un sensor de hidrogel especialme­nte diseñado para una piel iónica, mediante el cual están desvelando este fenómeno. El investigad­or en ingeniería biomédica Yuta Dobashi rastreó con precisión cómo se movían distintos tipos de iones (con diferentes tamaños y cargas eléctricas) al aplicar presión mecánica al sensor de hidrogel.

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KAI JACOBSON / EFE Perspectiv­as. John Madden (izq.) y Yuta Dobashi observan el hidrogel durante una etapa de su investigac­ión.
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