Una invasión de ratas empaña la imagen de Nueva York
La proliferación de terrazas y restaurantes agravan la situación
EE. UU. es la cuna del consumo y, por tanto, del despilfarro, y los desperdicios ofrecen a las ratas un escenario pintiparado para sus correrías. Si se añaden las altas temperaturas, que recalientan las bolsas de basura expuestas durante horas en las aceras, no resulta extraño coincidir a diario en cualquier calle con varias de estas alimañas, la población en la sombra más grande de Nueva York.
Su ubicuidad en la ciudad ha llegado a extremos preocupantes para la salud pública: invaden los parques infantiles, los senderos de Central Park, donde cuesta distinguirlas de las ardillas, y, como mostraba hace apenas dos semanas un video que se hizo viral en las redes, los recintos de juegos para perros. En el video, un grupo de canes juega alborozado con algo parecido a una pelota, empujándola con sus patas y lanzándola al aire varias veces, hasta que el bulto cae y sale de estampida. Era una rata de tamaño gigante.
La pandemia tuvo mucho que ver no solo con la proliferación de roedores en las calles, sino con su actitud desafiante, hasta el punto de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas inglesas; agencia federal) lanzaron en 2020 una advertencia sobre su potencial agresividad. Privadas de los restos de comida de restaurantes, cerrados por el confinamiento al inicio de la pandemia, las ratas emergieron más a la superficie, creando problemas a los dueños de los locales, que levantaron entarimados en la acera o la calzada para seguir funcionando. La proliferación de terrazas vital para la supervivencia del sector de la restauración y la reactivación del de la construcción, que a menudo priva de cobijo a poblaciones enteras de estos bichos, han agravado el problema. La inquietud aumenta por el calor, y algunos medios locales no dudan en hablar de la batalla perdida de la ciudad contra las ratas, cuando la Gran Manzana intenta ofrecer su imagen más atractiva para recuperar el pulso y, de paso, el turismo.
“Sin duda la reactivación del sector de la construcción ha tenido mucho que ver en esta invasión”, dijo Mark Levine, presidente del condado de Manhattan, el 27 de mayo. Ese día, el concejal de Urbanismo presentó un proyecto de ley que requiere a los solicitantes de permisos de obra la contratación de un profesional de control de plagas para su proyecto. “Nunca había visto tantas ratas en mi vida”, declaró el concejal. “Nos pasan corriendo por encima de los pies, al lado mientras caminamos, se suben a los contenedores de basura…”.
Mientras en las redes sociales comunitarias los vecinos intercambian recetas caseras para ahuyentarlas de sus predios (como tiestos de menta o posos de café, por el olor), los avistamientos de ratas en los primeros cinco meses de 2022 alcanzaron la cifra más alta desde 2010, cuando la ciudad comenzó a registrar las quejas por presencia de roedores. Las denuncias al teléfono de atención municipal han aumentado más del 70% desde 2020, según datos del Ayuntamiento.