Entre la nostalgia y el baile se celebró al papá guayaquileño
Rieron, cantaron y fueron los `príncipes' de escuelas y fundaciones
Celebraron a lo grande en distintos rincones de la ciudad y en todos bailaron como si fuera fin de año. A 48 horas de conmemorar el Día del Padre, algunas fundaciones, escuelas, jardines y hospitales rindieron honor a los que llamaron como los ‘príncipes’ o ‘reyes’ del hogar.
En la fundación Otoño Inolvidable, por ejemplo, a la voz de “¡Que viva el Día del Padre!”, todos los adultos mayores aplaudían y silbaban para celebrar a los hombres que estaban presentes y que recibieron un homenaje.
Fueron más de 60 que, aun si no eran papás o abuelos, se convirtieron en los protagonistas de una velada que culminó con un show improvisado de cumbia, en el que todos los presentes mostraron sus mejores pasos.
Hubo risas que retumbaron en el lugar, donde por ratos se veía a todos alzando las manos o moviendo la cintura. “Que disfruten, es su día especial, hay que gozársela. Bailen, bailen”, alentó Gloria Ruiz con un micrófono.
Aníbal Jurado, de 87 años, movió sus caderas y con la ya tradicional frase de “vamos todos hasta abajo” motivó al resto a bailar y bajar un poco más. Jurado se sintió complacido de poder disfrutar este día. “Estoy feliz de vivir este día así, con los amigos. Lo haré con la familia, pero lo que estoy sintiendo ahora es la adrenalina, la misma que sentía cuando me iba de baile siendo adolescente”, relató, mientras las voluntarias de la entidad los fotografiaban.
A la hora de comer llegaron las anécdotas, unas alegres y otras un tanto nostálgicas, como la de Enrique Zumba, que dijo ser padre de cuatro hijos a los que no ve con frecuencia. “Espero que este domingo estén conmigo, pero todos, como antes. Que estemos juntos todo el día”, mencionó.
En otros puntos el ambiente fue igual. En la Unidad Educativa Interamericano, por citar solo un caso, con poesías, baile y manualidades festejaron a los padres, que con una corona se sentaron en las bancas a escuchar las palabras que los niños les dedicaban.
En los barrios, donde la celebración se extenderá este fin de semana, la algarabía de igual forma ya se sentía. En la décima etapa de la Alborada, Jéssica López armaba desde ya el patio de su casa, donde los hombres de la cuadra festejarían ayer en la noche. “Vendrán hasta mariachis y habrá hora loca. Festejaré a mi esposo y todos, a nuestros vecinos”, señaló.