LA SEQUÍA, un problema sin fronteras
Muchos países viven los efectos de la crisis climática y, según los expertos, si no se aplican correctivos ahora, dentro de dos décadas las cosas serán peores
California en EE. UU., Argentina, Puerto Rico, Cuba, Portugal o el Cuerno de África constituyen solo algunas de las zonas afectadas por la sequía, uno de los principales problemas ambientales, que no entiende de fronteras y al que hay que ponerle el foco, al haber recordado el 17 de junio el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Kiribati es uno de los países del Pacífico que ya viven los efectos de la crisis climática y sufren una grave sequía. Esto, unido a la alta concentración de sal en sus acuíferos, ha llevado al país a declarar el estado de desastre.
Esta declaración responde a la creciente salinidad de las fuentes de agua, así como el registro de niveles de lluvia por debajo de los récords en Kiribati y a los pronósticos de que la situación continuará hasta finales de año.
Se conocía que el área metropolitana de la ciudad de Gqeberha, principal urbe del sureste de Sudáfrica, estaba en grave riesgo de quedarse sin agua por las escasas reservas con las que cuentan las presas de la zona, debido a la prolongada sequía que padece la región.
La presa Churchill se encontraba a un nivel del 9 % y se estimaba que podría dar agua durante unos 11 días más. Por su parte, la presa Loerie se situaba al 44 %, con una capacidad estimada de 37 días más de suministro.
A principios de junio, la ciudad de Los Ángeles, en California, comenzó las restricciones al consumo de agua y al riego al aire libre; mientras que la sequía que afecta a Estados Unidos avanza, especialmente en el oeste.
Las nuevas restricciones al riego en exteriores, como parte de su plan de conservación del líquido vital, afectaban al menos a cuatro millones de consumidores, según el departamento de Agua y Energía de Los Ángeles (LADWP, por sus siglas en inglés).
También en junio la presidenta ejecutiva de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Rico, Doriel Pagán, solicitó a la ciudadanía que hiciera un uso prudente del agua potable, debido a que la mayoría del país se encuentra atípicamente seco.
Según un reciente informe del Monitor de Sequía de Estados Unidos, el 83,23 % de los terrenos en la isla están afectados por condiciones atípicamente secas y el resto (cerca del 17,89 %) con sequía moderada.
A mediados de mayo, Argentina extendió por 180 días la emergencia hídrica declarada en siete provincias por el histórico descenso del río Paraná, con el objetivo de asegurar la protección civil de las áreas afectadas y adoptar medidas para mitigar esta situación.
El decreto prolongaba el estado de emergencia hídrica en la región de la cuenca del río Paraná, que incluye las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sobre los márgenes de los ríos Paraná y sus afluentes Paraguay e Iguazú.
El pasado abril el estatal Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos de Cuba (INRH) buscaba minimizar el impacto de la sequía en la población, reflejada en los bajos niveles de abastecimiento de agua.
En total, 360 estaciones de bombeo tenían dificultades por poca disponibilidad hídrica, sobre todo en las provincias orientales de Holguín, Las Tunas, Santiago de Cuba, Guantánamo y Camagüey.
El director de la oficina del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, Michael Dunford, alertó en febrero de este año que el Cuerno de África padecía su peor sequía desde 1981, una situación que abocó al hambre a cerca de 13 millones de personas en Etiopía, Kenia y Somalia.
Esta situación, según Dunford, requería una intervención humanitaria inmediata y un apoyo constante a las comunidades
Aún hay mucho por hacer para cuidar la tierra y la biodiversidad. Actuemos ahora por un futuro sin sequía para las nuevas generaciones”. ANTÓNIO GUTERRES, secretario general de la ONU
para desarrollar su resiliencia de cara al futuro.
La oenegé Consejo Noruego de Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés) informó el pasado abril que al menos 745.000 personas se vieron forzosamente desplazadas por una devastadora sequía en Somalia, la peor de las últimas cuatro décadas.
Los líderes mundiales analizan y buscan estrategias para encontrar la fórmula que permita ahorrar este recurso hídrico, de manera que las nuevas generaciones no tengan que lidiar con estos problemas.