Julio Castillo pega fuerte, pero acusa poca preparación
El boxeador Julio Castillo acudió a los pasados Juegos Olímpicos de Tokio como abanderado de Ecuador y promesa de medalla. Sin embargo, la poca preparación cambió sus planes: fue debut y despedida, y se habló incluso de un posible retiro, tras no conseguir el objetivo en su tercera participación en un evento de este tipo.
Hoy el pugilista, subcampeón mundial 2019 en la categoría 91 kilos, disputa los Juegos Bolivarianos con la energía renovada para empezar otro ciclo olímpico.
“Hay mucha ilusión con París, por eso volví a entrenar”, expresó Castillo, de 34 años, quien superó el domingo con una contundente puntuación de 5-0 a su primer escollo, el peruano José María Lúcar, de 18, y este jueves irá por el oro ante el colombiano Marlon Hurtado.
Y es que Julio demostró que la llama está encendida. Volvió a arder dentro de él. “No fue fácil porque el peruano también es olímpico y tiene su rodaje, pero respeto a mis rivales sobre el ring. Nunca menosprecio a nadie. Solo salí a hacer lo mío y se ganó. Trabajé tranquilo, sin exagerar, sin buscar una lesión o algo”, sostuvo.
Yula, como es conocido, está lejos del retiro y lo comprobó en su quinta participación en unos Bolivarianos. “Arriba del ring uno sabe cómo está y me di cuenta de que estoy bien. Me dejó buenas sensaciones”, comentó el pugilista, quien también clasificó a Londres 2012 y Río 2016.
Allí, en medio de la efervescencia del público vallenato, reafirmó que no colgará los guantes: “La gente especula, pero el que siente es uno”.
Su decisión ha sido seguir en el ring. Tiene pendiente esa medalla olímpica para Ecuador. Las condiciones y el palmarés lo avalan: oros en Bolivarianos y Sudamericanos, dos platas y un bronce en Panamericanos, sumados al segundo lugar en el Mundial en 2019.
Pero de todo eso no habría nada si no hubiera llegado a la vida de Julio la chispa adecuada: su hija Julia, de ocho meses actualmente, quien nació después de los Olímpicos. Es ella la motivación para seguir después de la frustración vivida en Tokio, por esos dos años sin peleas de preparación que, al final, le pasaron factura.
“Quiero regalarle muchas medallas a mi hija y que ella se sienta orgullosa de mí en un futuro”, dijo Castillo.
De momento, sus sensaciones en Valledupar son positivas, pues dijo haber entrenado muy bien y comprobó que en la parte física está “excelente”. Pese a todo ello, confesó que vive “con mucha nostalgia” este evento del ciclo. “Creo que pueden ser mis últimos Juegos Bolivarianos... Los quiero disfrutar”.
Sobre lo que se viene para el equipo tricolor, Castillo solo espera que puedan tener “buena preparación con competencias, que es lo que no tuvimos en Tokio y no hemos tenido hasta ahora”.
Subrayó que “se deben arreglar las situaciones políticas en Ecuador en el tema del deporte, y de ahí para allá yo creo que podríamos llegar bien” a los eventos del ciclo olímpico y a la gran cita en París 2024.
5 BOLIVARIANOS
suma Julio Castillo en estos Juegos. Además, tres Juegos Olímpicos.