210 DÓLARES por dormir en una caja
Un grupo de aficionados españoles optó por pernoctar en barracones a las afueras de Doha, una alternativa para estar presentes en el Mundial
En una especie de descampado a las afueras de Doha, Qatar ha construido mil barracones para acoger a aficionados que asisten al Mundial. Las cabinas son enanas y el calor en su interior es asfixiante porque el acondicionador de aire es una máquina con ruedas y sin mucha potencia. “Esto nos ha costado 200 euros (210 dólares) la noche, sin desayuno ni nada”, explica David Pinillos, de 40 años, nacido en Logroño. Con el grupo de la peña Marea Roja, llegó a Doha desde Dubái. “Allí nos quedamos en casa de un amigo y volamos aquí las vísperas de cada partido de España, porque así nos sale más barato. Los vuelos directos a Doha costaban 900 euros (942 dólares) ya hace meses. A Dubái es mucho menos y además hay más libertad, te puedes tomar una cerveza si quieres. Calculo que todo el viaje será un mínimo de 3.000 euros (3.140 dólares). En el Mundial de Rusia me gasté eso y solo fuimos hasta octavos”. Esta, reconoce, es la única situación en la vida en la que no le importaría gastarse más dinero: “Eso significaría que España llega lejos”.
Qatar monitoriza las reservas. No pueden hacerse, como en cualquier viaje, a través de una agencia. El grupo llegó al descampado y a algunos no les dieron su barracón hasta pasadas las tres de la madrugada. “Los van construyendo sobre la marcha”, señala Giancarlo Magnieli, de 35 años, de origen italiano y nacionalidad española, con su camiseta de la Roja. “Nos querían llevar a otro sitio que estaba mucho peor y nos negamos. A algunas casetas les faltaba el cristal de la ventana, otras estaban llenas de arena y muy sucias; había clavos, piezas de construcción por todas partes. Terrible”. Pinillos, que gestiona los apartamentos turísticos Pinidar, en La Rioja, trataba de imaginar a sus clientes en un sitio así. “¡Con lo exigente que es la gente en España!”.
Paco González, de 56 años, y Juan Canseco, de 63, viajaron desde Oviedo. “Cuando llegamos a las ocho de la tarde”, cuenta Paco, “nos dijeron que había overbooking (en los barracones), pero luego descubrimos que es que no tenían casetas suficientes preparadas, las estaban haciendo. Según las terminaban, nos iban trayendo las llaves. Cuando nos la dieron, no tenían ni sábanas, ni toallas, ni papel higiénico. Eran ya las 3:15 de la madrugada”.
David Cebollada, policía municipal en Zaragoza, de 48 años, presume de haber asistido a 83 partidos de la selección española y en 2012 creó, junto a otros amigos, la peña Marea Roja. “Somos una pandilla de locos que sigue a España allá donde va: islas Feroe, Noruega, Rumania...”. Este es su cuarto Mundial. “Se ha hablado mucho de los derechos humanos en Qatar, pero esto se sabe desde hace 12 años, cuando le concedieron la sede. Nosotros
Nos querían llevar a otro sitio que estaba mucho peor y nos negamos. A algunas casetas les faltaba el cristal de la ventana, otras estaban sucias.
no tenemos la culpa de dónde se celebra. Venimos a la fiesta del fútbol y no podemos estar pensando en qué es lo que pasa alrededor. Vengo a disfrutar y eso es lo que viene a hacer todo el mundo. Cuando estuve en Noruega viendo a España también era muy caro: la entrada al partido me costó 150 euros (157 dólares)”.
El grupo se va a dejar aquí sus ahorros y los días de noviembre y diciembre en Qatar son sus vacaciones de todo el año.
DAVID PINILLOS hincha español