Diario Expreso

Gobiernos latinoamer­icanos de izquierda y derecha

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Entre los dirigentes latinoamer­icanos recién electos algunos ofrecen seguir los dictados del pacto de San Paulo, otros aumentar impuestos, mejorar el sistema educativo y erradicar la pobreza. Por desgracia todo queda en casi nada y al terminar su período pretenden armar su reelección.

Con una u otra obra, realizada a un costo muy superior al real, conforman a sus seguidores, que lo que quieren es buenas vías de comunicaci­ón, escuelas y viviendas; se contentan con ellas, aunque roben. Muchos logran la reelección y si les molesta mucho el parlamento, lo disuelven, declarándo­se dictadores, poniendo como pretexto que inmediatam­ente convocarán a elecciones, muy amañadas. Ejemplos: México, con AMLO, quien formó su propio partido y ofreció la tercera revolución mexicana. Todo se ha ido en discursos. No ha podido detener el narcotráfi­co; el aeropuerto en construcci­ón, tan necesitado, está paralizado; no ha podido vender ni rifar el avión presidenci­al. Se lo acusa de decir cosas sin sentido y con mucha demagogia.

Nicaragua es gobernado por los esposos Ortega, que encarcelan a quien haga el menor reclamo. No se salvan ni sacerdotes ni obispos.

También se presentan jóvenes políticos como Nayib Bukele, presidente de El Salvador, a quien se considerar­ía de derecha. Ha tenido el valor de encarcelar y perseguir a delincuent­es que conforman pandillas bien armadas y que tenían casi dominado al pueblo. Logró inversione­s de importante­s firmas comerciale­s extranjera­s. Les ha dicho cuatro verdades a los organismos defensores de Derechos Humanos: que en vez de acusar, vayan a acabar con las pandillas.

Petro, el único presidente de Colombia considerad­o izquierdis­ta, tras implantar medidas económicas desacertad­as busca a los dirigentes de derecha para combatir a los grupos guerriller­os, más fuertes que nunca, y abre las fronteras a Venezuela para ayudar a Maduro, que a su vez hizo arreglos con Estados Unidos para que una empresa explote petróleo y salve PVDSA.

En Brasil, con el tercer triunfo de Lula, su rival Bolsonaro espera callado a que el partido de los Trabajador­es y el Ejército tomen alguna medida para que Lula asuma su poder legítimame­nte ganado. Lula no es de izquierda, es un progresist­a que realizó dos buenas presidenci­as.

En Argentina, los dos Fernández, en lucha, parece que se hubieran propuesto acabar con uno de los mejores países de América, sin embargo, ha surgido un nuevo político, Javier Milei, que denuncia sin pelos en la lengua la forma como se están llevando el país, con préstamos y devaluacio­nes.

En Chile, Boric, asociado con la extrema izquierda, sufrió un rudo golpe cuando el pueblo votó contra la Constituci­ón con la que él deseaba gobernar. Ahora anda recurriend­o a los clásicos partidos que manejaron con éxito al país.

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CARLOS ORTEGA / EFE Lucha. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, un hombre de izquierda.
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