‘CUIDADORAS’, claves en economía de América latina
Informes realizados por Cepal, CAF y OCDE señalan que es uno de los campos en que se debe invertir. Países como Uruguay y Costa Rica toman la delantera
Durante una charla TED que hizo Gala Díaz Langou, directora del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento de Argentina (CIPPEC), la experta invitó al publicó a imaginarse el siguiente escenario. “Las neveras o heladeras están vacías. Los baños, mugrientos. Hay ropa tirada por todos lados (…) Escuchamos bebés llorando a los gritos. Salimos a la calle y hay chicos deambulando solos. ¿Nadie los fue a recoger a la escuela? No es un ataque zombi. Este apocalipsis podría generarse si un día las mujeres nos levantamos y decidimos no hacer lo que hacemos todos los días”. El panorama que Díaz pintó explica el importante rol que cumple la economía del cuidado, un amplio enfoque que no solo quiere que se reconozcan mejor todas las labores del cuidado- tanto remuneradas como no remuneradas- sino que argumenta que estas labores son las que soportan a la sociedad misma y que, en su mayoría, están en los hombros de las mujeres.
“El sistema capitalista se sostiene en el tiempo de las mujeres como recurso implícito para la reproducción de la fuerza de trabajo, del capital y de la sociedad en su conjunto”, es como lo pone también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal, en un informe. Pues el mundo, tal cual lo conocemos, funciona porque las mujeres cuidan: ya sea a enfermos, a hijos, a esposos, a ancianos, a la casa o al planeta. La pieza que falta, es que pocas tienen el tiempo de cuidarse a ellas mismas. Latinoamérica no es la excepción.
“Los cuidados son también la expresión más patente de una profunda desigualdad de género en todo el mundo, y especialmente en América Latina y el Caribe”, comenta Cecilia Alemany, directora regional adjunta de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe.
En promedio, basándose en los países sobre los que hay datos, la Cepal estima que las mujeres dedican entre 22 y 42 horas semanales a las actividades de trabajo doméstico y de cuidado, lo que implica una carga de hasta tres veces más que la de los hombres. Además, mientras aproximadamente un 60% de las mujeres que vive en un hogar donde hay niños y niñas menores de 15 años declara que no participa en el mercado laboral porque ya tiene una carga suficiente al atender la responsabilidades familiares, en hogares sin presencia niños y niñas la cifra se ubica en solo el 18%. Se trata de un sector económico que importa. De hecho, la Cepal también indica que solo el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es crucial para las economías de la región, representando en promedio el 21,3% del PIB, con las mujeres contribuyendo en un 75,5%. Por eso no es sorpresa alguna que muchos expertos y académicos estén empujando porque la economía del cuidado se vuelva una de las banderas de la región. A finales del año pasado, un reporte de la OCDE, la Comisión Europea, CAF y, de nuevo, Cepal, identificó cuatro sectores estratégicos en los que América Latina y el Caribe debe invertir, incluyendo entre estos a la economía del cuidado. Y como dijo Ana Güezmes García, directora de la División de Asuntos de Género de Cepal a América Futura, la Comisión “destaca la economía del cuidado como uno de los diez ámbitos promisorios para transformar los modelos de desarrollo, potenciando el crecimiento y reduciendo las desigualdades de género”.
Las propuestas que trae la economía del cuidado son variadas, y no solo tienen que ver con la economía misma, sino con un profundo cambio sobre cómo vemos los roles de mujeres y hombres en la sociedad. Pero al preguntarle a Paula Herrera Idárraga, directora del Servicio Público de Empleo, una unidad adscrita al Ministerio del Trabajo de Colombia, cómo el cuidado dinamiza la economía, su respuesta es clave. Se trata en realidad de una cadena de eventos. Por ejemplo –y este es un ejemplo simplificadosi el cuidado de los hijos se garantiza desde lo público, la mujer tendrá más posibilidad de insertarse en la fuerza laboral, ganará un salario, lo gastará como consumidora e, incluso, empezará a pagar impuestos.
RESPUESTA
En Costa Rica, existe la Red de Cuido y Desarrollo Infantil (REDCUDI) – que reafirma el derecho al cuidado de menores de siete años– y en 2021 se promulgó nuevas leyes.
UNA NECESIDAD ANTE UNA POBLACIÓN MÁS VIEJA
Otra de las premisas de las que parte la economía del cuidado es que todos, en algún momento de la vida, necesitaremos ser cuidados. Y ante la actual tendencia en América Latina donde la población se hará más vieja, la economía del cuidado será más relevante que nunca. En 2022, señala el informe Envejecimiento en América Latina y el Caribe de Cepal, 88,6 millones de personas mayores de 60 años vivían en la región, representando el 13,4%. Pero para 2030, se espera que la cifra aumente a 16,5%. “En particular, estamos frente a un envejecimiento del envejecimiento, con un rápido aumento de la población de 80 años y más, con mayores probabilidades de estar en situaciones de dependencia y con mayores necesidades de cuidado de largo plazo”, comenta Güezmes. El problema es que, a la par, “se prevé una reducción en el número de personas disponibles para cuidar de forma no remunerada”. Todos estos factores, agrega Alemany, exige que los Estados inviertan en los sistemas integrales de cuidados y que estos pasen de ser políticas de estado.