Diario Expreso

Ozempic hace perder peso a personas y plata a algunas empresas

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Las farmacéuti­cas viven continuo escrutinio público y las opiniones sobre ellas suelen estar polarizada­s: héroes o villanos. Y no es para menos, su razón de ser es la búsqueda del bienestar y la salud humana, pero al mismo tiempo son negocios y no son monjitas de la caridad.

Sus altas inversione­s en investigac­ión, desarrollo y distribuci­ón de medicinas son enormes, solo en 2023 superó los 250 billones de dólares y sus ventas y utilidades son comparable­s a las de las empresas petroleras. Dato interesant­e es que son el sector que más invierte en actividade­s de ‘lobby’ ante el Congreso en EE. UU.

Es un sector muy proclive a enfrentar crisis de reputación y la manera como las enfrentan se convierten en casos de estudio clásicos, como Tylenol en los 80, cuando su producto fue contaminad­o con cianuro; o las declaracio­nes del CEO de Bayer la década pasada, cuando dijo que ellos producían medicament­os para combatir el cáncer para los países occidental­es, donde las personas pueden pagarlo y no para los indios.

Ambas crisis fueron resueltas favorablem­ente para las empresas.

Una nueva crisis de reputación afecta ahora al gigante farmacéuti­co sueco Novo Nordisk, que gracias a sus nuevos medicament­os Ozempic y Wegovy es hoy la compañía más valiosa de Europa y lidera el enorme mercado de drogas contra la obesidad.

Aunque inicialmen­te fueron comerciali­zadas para combatir la diabetes tipo 2, bajo prescripci­ón médica o conseguida­s de alguna forma, se han convertido en las drogas de moda para perder peso, que es uno de sus múltiples efectos secundario­s. Usuarios de alto perfil, como Elon Musk o Cloe Kardashian, que hacen pública su eficacia, el año pasado llevaron a que la producción de estas no abastezca la demanda, generando problemas a diabéticos que realmente las requerían.

El valor del tratamient­o es de alrededor de $ 1.000 al mes y en el mercado negro alcanza precios muy superiores. Esto ha generado un debate intenso sobre el rol de la farmacéuti­ca, las farmacias y la clase médica como causantes del uso de estas medicinas por usuarios que no son obesos o no tienen un grado de obesidad clínico y podrían tratar sus problemas de sobrepeso con un cambio en su estilo de vida que incluya ejercicios y nuevos hábitos alimentici­os. Lo interesant­e de estos consumidor­es es que saben que si dejan de usar el medicament­o sus

 ?? ?? bajo beneficios desaparece­n, pero parece no importarle­s.
Es tan grande el impacto de estas drogas que está afectando otros sectores de la economía, a unos de manera positiva y a otros en el sentido contrario. En el primer caso están los gimnasios, ropa deportiva y productos de belleza. El razonamien­to es que quienes pierden peso por vanidad buscan maneras de levantar aún más su autoestima. Un análisis de Morgan Stanley arrojó que esas personas multiplica­n por dos su ejercicio semanal; de acuerdo a otra publicació­n especializ­ada, Nike, Lululemon y Estee Lauder podrían ser grandes beneficiar­ios de este fenómeno.
Por el contrario, de acuerdo a un estudio de Bank of America, debido a estas drogas la ingesta calórica de los estadounid­enses podría reducirse hasta en 5 % en una década y eso ha afectado el precio de las acciones de algunas empresas de alimentos y bebidas. Las acciones de esas empresas se desplomaro­n en 20 %, según Standard & Poors. Walmart advirtió también una caída en las ventas de dulces, ‘snacks’ y bebidas espirituos­as. Esto llevó a que empresas como Constellat­ion Brands, dueña de cerveza Corona; Kellanova, dueña de Pringles, y Mondelez, propietari­a de varias marcas, entre esas Oreo, registren pérdidas considerab­les en las bolsas.
Esta crisis de reputación para Novo Nordisk recién comienza, es un caso en desarrollo que vale la pena seguir de cerca.
bajo beneficios desaparece­n, pero parece no importarle­s. Es tan grande el impacto de estas drogas que está afectando otros sectores de la economía, a unos de manera positiva y a otros en el sentido contrario. En el primer caso están los gimnasios, ropa deportiva y productos de belleza. El razonamien­to es que quienes pierden peso por vanidad buscan maneras de levantar aún más su autoestima. Un análisis de Morgan Stanley arrojó que esas personas multiplica­n por dos su ejercicio semanal; de acuerdo a otra publicació­n especializ­ada, Nike, Lululemon y Estee Lauder podrían ser grandes beneficiar­ios de este fenómeno. Por el contrario, de acuerdo a un estudio de Bank of America, debido a estas drogas la ingesta calórica de los estadounid­enses podría reducirse hasta en 5 % en una década y eso ha afectado el precio de las acciones de algunas empresas de alimentos y bebidas. Las acciones de esas empresas se desplomaro­n en 20 %, según Standard & Poors. Walmart advirtió también una caída en las ventas de dulces, ‘snacks’ y bebidas espirituos­as. Esto llevó a que empresas como Constellat­ion Brands, dueña de cerveza Corona; Kellanova, dueña de Pringles, y Mondelez, propietari­a de varias marcas, entre esas Oreo, registren pérdidas considerab­les en las bolsas. Esta crisis de reputación para Novo Nordisk recién comienza, es un caso en desarrollo que vale la pena seguir de cerca.

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