Los reservistas, el “arma secreta” y débil de Israel
Para enfrentar la guerra de Gaza se ha llamado a unos 360.000 soldados ❚ Son personas que han hecho el servicio militar obligatorio, pero poco preparadas
Los llantos rompen el silencio en la sección militar del cementerio de Herzliya, al norte de Tel Aviv. Cientos de personas - muchas en uniforme, otras envueltas en la bandera nacional- dan dieron el pasado miércoles el último adiós a Mark Kononovich, uno de los 21 reservistas israelíes muertos en Gaza, principalmente cuando una granada lanzada por un miliciano palestino impactó en uno de los edificios que minaban para derruir y estos se vinieron abajo.
Fue la jornada más letal -con 24 muertes, en total- en los cerca de cuatro meses de guerra, así que el dolor por la pérdida de un ser querido o compañero de armas se entremezcla en el entierro con los llamamientos a la victoria para elevar el ánimo.
EL DETALLE
Origen. Fue creada tras la guerra que siguió a la creación del Estado de Israel (1948-1949), ante una debilitada defensa.
Yehuda Bach, el comandante de la brigada 261, en la que servía Kononovich, toma la palabra: “El 7 de octubre [día del ataque de Hamás que dejó unos 1.200 muertos y más de 200 secuestrados], el enemigo nos sintió débiles, pero no sabía que tenemos un arma secreta: los reservistas. Miles de personas que dejaron sus hogares por responsabilidad con el Estado de Israel y su futuro”.
Ese “arma secreta” supone hoy el grueso de los hombres y mujeres desplegados por Israel, en particular vigilando las fronteras con Líbano y Siria, donde se registran escaramuzas diarias. No se trata de los 170.000 militares en activo, sino de otros 465.000 hombres y mujeres de entre 21 a 49 años que hicieron el servicio militar obligatorio y pueden ser convocados de la noche a la mañana en caso de guerra o catástrofe natural. Israel ha llamado esta vez a filas a unos 360.000, en la mayor movilización en medio siglo, desde la Guerra del Yom Kipur (1973). Precisamente, el retraso de la entonces primera ministra, Golda Meir, en movilizar masivamente reservistas, pese a las informaciones de los servicios de inteligencia sobre la inminencia de un ataque de Siria y Egipto, casi le costó la derrota.
En medio del shock por otro ataque sorpresa, el 7 de octubre, la jornada más letal para Israel en sus 75 años de historia, algunos reservistas se enfundaron directamente el uniforme y se presentaron en el cuartel. Otros (al menos 550.000 adultos israelíes viven en el extranjero) volvieron a toda prisa.
Tres semanas antes de aquel día, Kononovich, de 35 años, había sido padre por cuarta vez, pero también insistió en unirse. Tenía rango de sargento mayor. Cuando se quitaba los galones, vivía en Herzliya con su esposa y dirigía una unidad del Ministerio de Justicia para proteger a personas amenazadas.
Pero su caso ejemplifica la tesitura de los reservistas. No son soldados profesionales, así que abandonan sus estudios o trabajo cuando se ponen el uniforme. Su
preparación es menor y, de hecho, motivo de debate dese hace años, incluso como posible causa de su porcentaje de bajas. Tampoco son reclutas en el servicio obligatorio recién salidos de la adolescencia (comienza con 18 años y dura 32 meses para los hombres y 24 para las mujeres) y que en la práctica solo cumple la mitad de la población, por distintas exenciones. Hasta el momento, 222 soldados han perdido la vida. El listado de nombres en la página web del ejército muestra que más de la mitad eran reservistas.