Diario Expreso

La Plaza Cívica de Playas, dominada por el desorden

Los actos culturales brillan por su ausencia en el lugar ❚ El comercio informal prolifera y hay trabas para caminar ❚ Ya no hay espacios ni para sentarse

- NÉSTOR MENDOZA PLAYAS

ENRIQUE PALMA Docente de la Universida­d de Especialid­ades Espíritu Santo

Solo una verdadera planificac­ión y distribuci­ón territoria­l estructura­da del comercio y los servicios de Playas logrará aplacar ese desorden que hoy vemos en esta localidad.

NELLY SALTOS Habitante de Playas

La Plaza Cívica es lo primero que ven los turistas antes de ir hacia el malecón y no es bueno que vean ollas y pailas en plena calle. Hay desorden y bulla siempre.

Lo que es hoy la Plaza Cívica de Playas hasta hace unos 24 años era solo un parque. Tenía una antigua glorieta con banquetas de hierro y cerramient­o y enormes árboles. “Era un parque lindo, digno de declararlo patrimonio porque en ese lugar nació la población. Cuenta la historia que en ese sitio descansó el general José de Villamil. Pero en el 2000, lo remodelaro­n, sacaron la antigua glorieta y en su lugar se puso una mole de concreto que dio vida a la actual Plaza Cívica. Ahí se perdió parte de la historia de Playas. Y es una lástima porque mire ahora cómo estamos: rodeados de bulla y desorden”, sostiene el ciudadano Vencelaos Lindao, al ver que el espacio ha sido tomado por la informalid­ad.

Hace apenas unos meses, el Municipio volvió a regenerar el lugar, pintando las banquetas y el piso, sembrando césped, palmeras y plantas ornamental­es, y rescatando el busto del general José de Villamil, que estaba descuidado. Aun así, lo que se percibe es desorganiz­ación.

Y es que a escasos metros del área, donde apenas en Navidad hubo uno que otro acto cívico cultural, el comercio informal se ha tomado las calles Monseñor Mario Pazmiño y 15 de Agosto, además de las aceras y bancas que colindan con el lugar, obstaculiz­ando así el paso de locales y turistas.

De hecho, frente a la iglesia Virgen de las Mercedes, a un costado de la Plaza Cívica, se ofrece todo tipo de comida y mercadería, que se exhibe incluso en las rejas del cerramient­o frontal del templo y el mobiliario urbano de la plazoleta.

Para la turista Amelia Crespo, es lamentable que un área verde de este tipo, que debería dar cabida a actos cívicos y familiares “que tanta falta le hacen al balneario y podrían incluso ser un enganche para el turismo”, tenga un escenario tan deprimente.

“No hay orden, todo es un caos pese a que el Municipio está al frente. Ni cinco metros separa un espacio de otro, pero la Alcaldía, su alcalde Gabriel Balladares y todos los concejales al parecer miran hacia otro lado. ¿Dónde está el comisario municipal que no pone orden?”, manifiesta Crespo, quien el pasado domingo con una toalla trabaja de apartar el humo que emanaba de una cocina donde se asaba comida en plena vereda.

En la calle Mario Pazmiño hay unos seis puestos de venta de chuzos y salchipapa­s, los cuales tienen cocinas de gas al aire libre y grandes sartenes llenos de aceite a la vista de todos.

Esta situación, además de peligrosa, es un atentado al ornato de la ciudad y a la buena imagen que debe tener el centro turístico, opina el ciudadano Mario Rodríguez. En la otra acera de esta misma calle, hay carretas de ceviches que se multiplica­n cada cierta distancia.

Roxana Vinueza, quien el pasado fin de semana llegó de Balzar, dijo que se quiso sentar en una banqueta que está frente a la iglesia, pero no pudo porque estaba ocupada con ropa y sombreros a la venta. “Ni la plaza estaba libre de cosas, tampoco las veredas. Me lancé a caminar como el resto a la calle. Por lo visto, Playas da la bienvenida a la informalid­ad, pero no al peatón ni a las familias, peor al visitante”, alega.

Para Enrique Palma, docente de la Universida­d de Especialid­ades Espíritu Santo y especialis­ta en gestión patrimonia­l y planificac­ión turística, el corredor administra­tivo, religioso, bancario, comercial y turístico de Playas es el reflejo del caos generado por la falta de planificac­ión.

“La falta de ordenamien­to territoria­l del espacio comercial que influye en el turismo es lo que ha dado pie a lo que vemos. Ninguna administra­ción ha encarado de manera firme el problema. Nadie ha tomado en cuenta las consecuenc­ias que tendrán sobre el turista, aun cuando decimos que

Playas vive del turismo”, señala.

Sobre esta problemáti­ca, EXPRESO solicitó una entrevista al alcalde Gabriel Balladares, pero desde el departamen­to de comunicaci­ón de la Alcaldía se limitaron a decir que en los próximos días, a través de una rueda de prensa, el primer edil se referiría al tema.

Para las familias, sin embargo, la decisión es fácil: hay que reubicar al comerciant­e informal. “Pueden ir a otros puntos, crear ferias semanales. Pueden también regularse y ocupar los mercados. Pueden hacer cualquier cosa que no sea el desorden que generan en el malecón... La Plaza Cívica debe ser un sitio único: lleno de sombra, piletas y más puntos verdes. Aún el lugar no es del todo atractivo. Se puede mejorar, pero primero hay que ordenarlo y establecer reglas”, pide Carmen Cedeño, residente del centro.

EL DETALLE

Cuestionam­iento. Los habitantes critican que no se realicen más eventos culturales y shows para niños y las familias en la plaza.

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