Diario Expreso

Las vacaciones inmerecida­s

- RUBÉN MONTOYA VEGA colaborado­res@granasa.com.ec

Ha pasado desapercib­ido un tema porque muchos creen que en medio de la guerra que vivimos no hay que detenerse en asuntos menores. Voy a discrepar: no es asunto menor que los ministros Andrés Guschmer y Arianna Tanca, y el presidente de la Asamblea, Henry Kronfle, tomaran vacaciones (o usaran el recurso ladinament­e en este último caso) cuando no tenían derecho a hacerlo…

Sé que el asunto no está al nivel de los grandes temas nacionales; pero no entiendo la liviandad con que se ‘justifican’ los indecoroso­s ni acepto que la sociedad lo zanje con un “no es para tanto”. Y no lo entiendo porque el gran-gran problema del país no es la corrupción: es la impunidad; es decir, la certeza de que haga lo que se haga siempre habrá un modo de justificar­lo y evadir sus consecuenc­ias. Cuando alguien dice “no es para tanto”, es su modo de decir: “yo en su lugar haría lo mismo”. Igual pasa con el “roban, pero hacen obras”.

¿Por qué es preocupant­e el tema? Porque habla del talante moral de altos funcionari­os que, nos guste o no, nos representa­n y toman decisiones en nuestro nombre. Veamos:

Punto uno: las vacaciones se gozan luego de un año de trabajo (en el caso discrimina­torio de los funcionari­os, a los once meses), no antes. Mientras no se cumpla el plazo, el derecho es latente pero no efectivo, no tiene en qué asirse todavía. Y sostener la viveza (tan criolla, tan pobre) de que “igual me las van a descontar” habla, por lo menos, de la indelicade­za de los

¿Se imaginan a un trabajador privado pidiendo vacaciones al mes de trabajar? Lo mandarían de vuelta (a su casa) en el mismo viento en que fue a pedir permiso ....

funcionari­os. ¿Se imaginan a un trabajador privado pidiendo vacaciones al mes de trabajar? Lo mandarían de vuelta (a su casa) en el mismo viento en que fue a pedir permiso.

Punto dos: el asunto en el fondo no es legal, es de ética pública. Y de eso se entiende, o no. Y como no lo entienden, la ministra ‘feliz de la vida’ se absuelve y el legislador da más pena que coraje cuando explica la razón de su ausencia.

En resumen: si en algo que exigía una mínima prudencia, un algo de delicadeza son así, ¿qué será de esperar en asuntos de mayor calado? Se sienten a salvo ellos, se saben impunes porque media sociedad les hace coro diciéndole­s: es tema menor, yo en su lugar haría lo mismo…

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador