Criminalidad, Estado y economía subterránea

Innegablemente, el año 2023 es el más violento que se registra en la historia republicana ecuatoriana. Se cometieron 7.878 homicidios y solo se resolvieron 584; llegamos a registrar una tasa de 46 asesinatos por cada 100 mil habitantes, que nos convirtió en el segundo país más violento de la región y estamos entre los 10 del mundo. Guayaquil, Durán, Esmeraldas o San Lorenzo compiten con urbes mexicanas por el repulsivo título de ser las más violentas del mundo. ¿Cómo llegamos a esta situación? La respuesta es muy difícil y compleja, ya que necesitamos identificar y diferenciar varios factores que se interaccionan de diversas formas, temporalidad y afectaciones en una formación social. En nuestro caso son la ineficiencia y desinstitucionalización del Estado democrático, los diversos accionares y crecimiento de los grupos del crimen organizado, la diversificación y acelerado aumento de la economía subterránea o de la hidra económica ilegal, articulada y dinamizada por el narcotráfico en esta coyuntura; y la frecuencia y letalidad de la violencia criminal y sus niveles malsanos de afectación a la sociedad. Por limitaciones de espacio desarrollaremos cada uno de estos en un artículo.

Es importante tener presente que el gran escalamiento de la violencia criminal y de la inseguridad colectiva se da en un contexto concreto, en un proceso histórico y actualmente en una matriz de policrisis potenciada por la pandemia de COVID-19. La integración del Ecuador al narcotráfico es un asunto que tiene más de medio siglo, se inició trayendo el alcaloide desde Perú, por los lojanos Reyes Cueva desde los 70 y, posteriormente, por iniciativa de colombianos encabezados por Pablo Escobar, que primero la importó como pasta base y después, en su agudo sentido empresarial, se trajo las semillas de coca y la empezó a cultivar en su país. Ecuador se integró como vía de tránsito entre los dos más grandes países gestionadores de este comercio ilícito. Influyó también la dolarización, que se inició en enero del 2000, que facilitó el lavado de dinero. Debemos tener presente que en el año 1970 el presidente Nixon creó la DEA, la agencia de lucha contra las drogas. Continuaremos.