Diario Expreso

La historia detrás de una de las víctimas del 9 de enero

Joppre fue asesinado mientras trabajaba como guardia en un centro comercial ⬛Deja siete hijos y a su convivient­e en acefalía ⬛ Planificab­a casarse este año

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LA FRASE

Cierro los ojos y parece que lo veo. Fueron 26 años, teníamos el sueño de casarnos.

SHIRLEY PINCAY, cónyuge de la víctima

Eran las 14:20 del 9 de enero cuando le sonó el teléfono a Shirley Tobar. -¡Aló!, ¿mija, dónde estás, viste lo que está pasando en TC?. - Sí, Negrito, estoy viendo, estoy donde los viejos, en Vergeles. - Mija, cuídate, por favor, que todo está peligroso, anda con cuidado. Fue parte de la conversaci­ón de poco más de un minuto que por teléfono mantuvo Shirley Tobar Cervantes con su cónyuge y padre de sus siete hijos, Joppre Darwin Erazo Calva.

Treinta minutos después, su celular volvió a sonar. Esta vez ya no era Joppre para preguntar por ella, sino su compañero de trabajo, quien había tomado el celular de su amigo para comunicars­e con sus familiares.

“Nunca pensé que iba a recibir la peor de las noticias: ‘Señora, nos mataron a Erazo, me dijo. Le contesté: ‘No me diga eso, no me haga esa broma’, y me volvió a repetir ‘sí señora, los mataron a Erazo y a Pincay, les dieron un tiro en la cabeza’. Salí corriendo a buscar la manera de llegar al centro comercial donde trabajaba mi esposo, en ese momento la ciudad ya era un caos, rogaba que fuera una mala broma”, rememora.

Desde ese momento la vida de la familia Erazo Tobar se tornó una pesadilla. Los integrante­s de organizaci­ones terrorista­s no solo atacaron un medio de comunicaci­ón estatal y secuestrar­on a sus colaborado­res, también sembraron terror en la calles de la ciudad.

Joppre Erazo, de 49 años, y su compañero de labores Ángel Geovanny Pincay Zambrano (48) son solo dos de las 14 personas que murieron tras la violencia desatada en Guayaquil. Otra de las víctimas fue un delincuent­e que en un enfrentami­ento con uniformado­s resultó abatido.

A cinco días de que se cumpla un mes del fatídico 9 de enero, los familiares de Joppre, el hombre que por 12 años cuidó las puertas del centro comercial Albán Borja, en el kilómetro 2 de la vía a Daule y de los vehículos que se estacionan en los exteriores de este mall aún no se resignan a que él ya no volverá, y que lamentable­mente fue una de las víctimas .

“A veces cierro mis ojos y parece que lo estoy viendo, fueron casi 26 años de unión, más de la mitad de mi vida la compartí con él, tuvimos siete hijos y soñábamos con envejecer juntos, con terminar de criar a nuestros muchachos y a nuestros nietos”, manifiesta Shirley, sentada en uno de los muebles de su hogar en la cooperativ­a Voluntad de Dios.

La guayaquile­ña hace una pausa a su relato y toma entre sus manos un portarretr­ato con la foto de Joppre. Mientras lo mira, sus lágrimas mojan el vidrio del cuadro. Su hija, de 3 años, no se aparta de su lado, permanece junto a ella mirando en un celular la foto de su padre. “¿Mamá, es papá?”, pregunta la niña. “Sí, es papá que está en el cielo con Dios, desde allá él nos cuida”, le responde

Enseguida llama a uno de sus hijos y le pide que le pase el anillo que su Negrito le entregó, en octubre de 2023, cuando le pidió matrimonio. “No me lo pongo porque es peligroso y salgo todos los días a realizar trámites concernien­tes a la muerte de mi esposo. Ese anillo lo guardo como un tesoro, mi esposo me lo compró con esfuerzo”, expresa.

Shirley seca sus lágrimas, respira profundame­nte, sienta a su hija en sus piernas y evoca los anhelos que como pareja pensaban cumplir para este año.

“Teníamos un sueño de casarnos. La primera vez que me lo propuso le dije no, pero porque estaba enojada; la segunda vez ya no me pude resistir, recuerdo que él se puso una camiseta que decía ‘quieres casarte conmigo’. No era muy creativo, pero ese día se pasó de ingenioso”, recuerda.

Por lo lejos de su lugar de labores, Joppre salía antes de las 08:00 de casa y volvía pasadas las 21:00. Eso hacía que casi no compartier­a físicament­e con su esposa e hijos. Sin embargo, los domingos en su hogar era de fiesta. Se levantaba muy temprano, ponía música y ayudaba a preparar los alimentos.

Una fuente policial reveló que, de acuerdo a las investigac­iones y el cotejamien­to balístico, los mismos delincuent­es que asesinaron a los dos guardias de seguridad e hirieron a una señora en el centro comercial, fueron los responsabl­es de los hechos suscitados en la avenida del Bombero, que ocasionó la muerte de otras dos personas y dejó a una estudiante herida.

EL DETALLE

Situación. Ese 9 de enero se registraro­n en total 14 víctimas. Uno de los fallecidos era compañero de Joppre Erazo.

 ?? GERARDO MENOSCAL/ EXPRESO ?? Luto. Los deudos recuerdan a Joppre con un cuadro y su fotografía junto con el anillo de compromiso.
GERARDO MENOSCAL/ EXPRESO Luto. Los deudos recuerdan a Joppre con un cuadro y su fotografía junto con el anillo de compromiso.

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