Así lidian las empresas con la crisis del mar Rojo: aviones, almacenaje y proveedores más cercanos
La clave de las posibles consecuencias estará en la duración del conflicto
La lluvia de drones cargados con explosivos y misiles hutíes sobre los barcos mercantes en el mar Rojo han convertido la otrora aburrida y fiable industria marítima en un foco de incertidumbre y sorpresas negativas, con retrasos inesperados por los cambios de ruta, sobrecostes por el encarecimiento de los fletes, y seguros por las nubes ante la posibilidad de que la carga nunca llegue a su destino. Es justo lo contrario de lo que pretenden las empresas por esta vía, que hacen sus pedidos con meses de antelación para que los entreguen a tiempo los pesados buques portacontenedores, más lentos pero más baratos y con más capacidad de carga que los aviones.
Conforme la crisis se cronifica, la lista de afectados no deja de crecer. Las fuentes consultadas apuntan a que pese a la magnitud del desvío de los buques, obligados a evitar el canal de Suez y dar un rodeo por el Cabo de Buena Esperanza que implica como mínimo nueve días más de viaje, el impacto no es todavía dramático ni para el crecimiento económico global ni para la inflación. “Las primeras estimaciones sugieren por ahora que el impacto de la crisis del mar Rojo en la inflación será moderado, con una subida adicional de unas décimas este año y un impacto principalmente centrado en bienes importados”, explica Ángel Talavera, de Oxford Economics.
La palabra clave, sin embargo, es ese todavía: si las misiones militares de EE. UU. y la UE no logran su objetivo de devolver la seguridad a la zona, las consecuencias pueden ser muy costosas.
De momento, ya suponen incómodos recargos y adaptaciones a toda prisa. Es el caso de las firmas de automóviles, con una cadena de suministro, basada en el modelo just in time, y menos habituada al almacenamiento. “Algunos proveedores de automoción instalados en España se están viendo afectados por los retrasos de los componentes o de las materias primas necesarias para fabricarlos, así como de un incremento de costes al tener que recurrir al transporte aéreo en su lugar”, dicen desde la patronal Sernauto.
Compañías como Tesla, Volvo o Michelin ya han anunciado parones temporales en algunas de sus plantas de producción en Europa al no contar a tiempo con los materiales que necesitan. Eso se traducirá en miles de coches menos fabricados, entre 5.000 y 7.000 en el caso de Tesla y la pausa de una de sus factorías en Alemania.
EL DATO
Evidencias. En el bando de los perdedores por la crisis en el mar Rojo, la aseguradora Crédito y Caución sitúa en primer lugar a los fabricantes europeos.