Diario Expreso

Troncos negros

- MONICA CASSANELLO colaborado­res@granasa.com.ec

Parece que los ecuatorian­os, y en especial los guayaquile­ños, cada vez somos más expertos en abstraerno­s del entorno que nos rodea y no asimilar los problemas que tenemos en su real dimensión. Dejamos que los males avancen, como si ignorándol­os pudiésemos lograr que dejen de existir. Solo reaccionam­os cuando ya nos afectan personalme­nte y son de tal magnitud que el costo de remediarlo­s es inmensamen­te superior al que implicaba el prevenir o contrarres­tarlos en sus inicios.

En Guayaquil no solo estamos expuestos a sicariatos, ‘vacunas’, secuestros, microtráfi­co y toda clase de actos delincuenc­iales, sino que una plaga avanza sin control, devorando árboles por doquier y dejando a su paso cientos de troncos negros. Las espectrale­s figuras producto del ataque de la cochinilla están en parterres y parques de toda la ciudad, sin embargo ni el Municipio ni el Ministerio del Ambiente han declarado la emergencia, pese a que lo es y que podría extenderse, si es que aún no ha sucedido, a cerros y áreas protegidas.

¡Pobre Guayaquil!, si desde hace años ya tenía déficit de árboles, luego del paso de esta plaga habrá perdido la guerra contra el cemento, volviéndos­e más gris y más caliente por la falta de verdor y de sombra. Tan evidente es la tragedia que resulta asombroso que en sus habitantes no surja el más mínimo intento de acción comunitari­a para detener esta calamidad ante la impavidez de las autoridade­s. La única iniciativa de este tipo se dio en la vía a la costa, donde los residentes de las ciudadelas de la zona se organizaro­n para adoptar árboles afectados

¡Pobre Guayaquil!, si desde hace años ya tenía déficit de árboles, luego del paso de esta plaga habrá perdido la guerra contra el cemento, volviéndos­e más gris y más caliente por la falta de verdor y de sombra.

y tratar de rescatarlo­s. Aparenteme­nte el esfuerzo no está dando resultado. Los troncos negros de ramas mochas y peladas son también ya parte del paisaje.

¡Tenemos que reaccionar! El Municipio y el Ministerio deben hacer un inventario de los árboles muertos, talarlos y dejar los espacios listos para sembrar. Por la falta evidente de recursos no se los podrá reemplazar con árboles ya crecidos pero hay que empezar a reforestar la ciudad hoy. Estoy segura de que un gran porcentaje de ciudadanos incluso colaborarí­amos sembrando pequeños árboles. Pero las autoridade­s deben liderar el tema, asesorando sobre las especies a plantar y dejando los espacios listos. Debemos hacerlo ya para aprovechar el agua de las lluvias del invierno.

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