Diario Expreso

¿Queremos un Bukele?

- ARTURO MOSCOSO MORENO colaborado­res@granasa.com.ec

En Ecuador, como en el resto de América Latina, Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, se ha transforma­do en una figura sumamente popular. No se diga en su país, en el que acaba de ser reelegido con un aplastante y abrumador 85 %. La principal razón es su supuesta efectivida­d en la lucha contra la insegurida­d y el crimen. Sin embargo, detrás de estos aparentes logros se esconde un tenebroso panorama de violacione­s a los derechos humanos y erosión democrátic­a.

En un reciente informe de Insight Crime sobre Bukele y El Salvador, se señalan las cuestionab­les tácticas utilizadas por su gobierno para mantener la seguridad. Si bien el régimen de excepción implementa­do por Bukele ha debilitado a las pandillas, el costo para las libertades individual­es y los derechos humanos ha sido altísimo. Los reportes sobre detencione­s arbitraria­s, tortura, fosas comunes y un alto índice de muertes en el sistema penitencia­rio del país abundan sin que haya ningún control sobre las acciones gubernamen­tales.

Por otra parte, en un reciente artículo en Journal of Democracy, Manuel Meléndez Sánchez,

politólogo salvadoreñ­o, ofrece un detallado análisis de cómo Bukele ha manipulado el sistema político salvadoreñ­o para inclinar la cancha electoral a su favor. Desde la destitució­n sumaria de los miembros de la Sala Constituci­onal hasta la reforma del sistema electoral, Bukele ha aprovechad­o su posición y popularida­d para socavar la competenci­a política, debilitar las institucio­nes democrátic­as, controlar y reprimir la libertad de expresión y garantizar su permanenci­a en el poder. Su misma posibilida­d de reelegirse estaba prohibida.

La lucha efectiva contra el crimen puede eclipsar las preocupaci­ones sobre la democracia y los derechos humanos, en especial en un contexto de alta insegurida­d como el que está viviendo Ecuador. Sin embargo, debemos recordar que son precisamen­te estas institucio­nes las que nos protegen del enorme poder del Estado, una protección que en muchos casos empezamos a valorar solo cuando somos víctimas de sus abusos.

Es fácil aplaudir al verdugo cuando la víctima es ajena, pero la verdadera prueba llega cuando en el cadalso estamos nosotros o nuestros seres queridos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador