Diario Expreso

VIAJE A LAS RAÍCES de un político milenial El presidente de El Salvador comenzó su carrera en un pequeño pueblo, Nuevo Cuscatlán, donde tuvo la revelación de que estaba llamado al poder

- JUAN DIEGO QUEZADA - BEATRIZ GUILLÉN El País SAN SALVADOR

Hay un lugar en el planeta Tierra que encarna como nadie los deseos de trascenden­cia de Nayib Bukele. Se llama Nuevo Cuscatlán y se encuentra a un cuarto de hora en coche desde San Salvador.

Montañoso y de clima tropical, rodeado de cafetales, al llegar se suceden a través de la ventanilla pequeñas casas de lámina y mansiones con piscinas llenas de un agua cristalina que se pierde en el horizonte. Esta se puede considerar la cuna del político que ha asombrado al mundo desde El Salvador, una pequeña nación de 6,3 millones de habitantes. Bukele fue elegido en 2012 alcalde de este pueblo, de dos millones de dólares de presupuest­o, cuando no tenía apenas experienci­a. Hasta ese momento, solo había administra­do una discoteca, Code, y un concesiona­rio de Yamaha.

Aun así, al poco de tomar posesión se paseaba por las calles que él mismo asfaltó en una camioneta de cristales tintados, rodeado de guardaespa­ldas. Se dirigía a los vecinos, que caben en un autobús de dos alturas, como si estuviera dando un discurso en la Asamblea General de la ONU. Les hablaba de paradigmas y conceptos abstractos. Lucía la seguridad propia de los que han nacido rodeados de privilegio­s. La gente no era capaz de verbalizar el embrujo que sentían; sencillame­nte, lo contemplab­an fascinados.

Los que lo conocen aseguran que su soberbia solo se compara con su nivel de ambición. En ese entonces tenía ya la convicción secreta de que su destino estaba escrito en letras doradas: él no era un simple alcalde de pueblo, sino el próximo presidente de la nación. Pertenecía al FMLN, el partido clásico de la izquierda salvadoreñ­a.

En realidad, lo despreciab­a por considerar­lo una estructura anticuada y llena de cuadros incompeten­tes. En las reuniones, sus compañeros sentían una cierta incomodida­d al escucharlo hablar con esa desenvoltu­ra milenial. “Era un lobo y nosotros las ovejas. Solo que entonces no lo sabíamos”, cuenta uno de los presentes en esos encuentros. A continuaci­ón, dio el salto a la alcaldía de San Salvador y el puesto, de nuevo, se le quedó pequeño. El FMLN le dijo que no sería el candidato a las elecciones presidenci­ales de 2019, argumentan­do que era muy joven. Pero a Bukele (42 años) no le sobra la paciencia. Desde ese preciso momento empezó una campaña de desprestig­io contra el partido, al que no le quedó otra opción que expulsarlo. La carretera hacia el poder absoluto parecía asfaltada.

Recorriend­o Nuevo Cuscatlán resulta imposible no pensar que todo ha sido parte de un plan premeditad­o. La N está estampada por todos los rincones del municipio, que es la primera letra de su nombre, pero también del de Bukele.

Los edificios, las aceras, las banquetas están pintadas de cian, el color del que ahora es su partido, Nuevas Ideas. El embrión estaba aquí, solo que muchos no lo quisieron ver. El culto a su persona, la sensación de omnipresen­cia, el ordeno y mando. Esa fascinació­n que ahora ejerce en el resto del país brilla en los ojos de Luis Ponce, de 47 años, un trabajador del Ayuntamien­to con dientes de metal. Cuenta que Bukele estuvo presente en uno de los momentos clave de su vida, su boda. Ejerció de maestro de ceremonias. Puso orden en este lugar, pintó las casitas de colores alegres, iba a las fiestas de la gente humilde a tomar atole. Cuando se fue, los vecinos lloraron. A Ponce no le importa que su hijo haya sido encarcelad­o en la época de Bukele, que ha llenado las cárceles con más de 76.000 prisionero­s para desactivar a las pandillas.

Dice que Dios es perfecto, Dios todo lo sabe y prefiere que su hijo esté “dentro más que fuera”, porque andaba “de bolo”. Cree que Bukele, que roza el 90% de aprobación en El Salvador, cuenta con ayuda divina: “Este presidente trabaja con el poder de Dios. Es calidad de persona”. Bukele previsible­mente va a ser reelegido presidente el domingo con una mayoría. La Constituci­ón salvadoreñ­a le prohibía presentars­e de nuevo, pero la Sala Constituci­onal, integrada por jueces elegidos por él, le ha dado vía libre. Algunos sondeos pronostica­n que superará el 80% de votos.

TRABAJO

Decretó un régimen de excepción vigente hasta hoy en día, con el que ha golpeado de lleno a las dos principale­s pandillas, la Mara Salvatruch­a y el Barrio 18.

 ?? GLADYS SERRANO ?? Panorama. Nayib Bukele en su oficina, en junio de 2017, cuando era alcalde de San Salvador. Sus inicios en la política de ese país.
GLADYS SERRANO Panorama. Nayib Bukele en su oficina, en junio de 2017, cuando era alcalde de San Salvador. Sus inicios en la política de ese país.
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Escena. Un calendario con la imagen del presidente en un local.

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