Una ciudad de piedras en el páramo
Los expertos creen que se trató de un sitio de adoración de los Cañaris
Aunos 40 kilómetros del cenatro
cantonal de Santa Isabel, en la comunidad Santa Teresa, en el sur de Azuay, se levanta la mágica ciudad de piedra Carachula, ubicada a 3.800 metros sobre el nivel del mar.
Se trata de una serie de grandes formaciones rocosas que se asemejan a lo que fue una metrópoli compuesta de corredores, túneles y cavernas. Desde la distancia las altas estructuras de piedra tienen formas de rostros humanos y de animales.
Una vez en el paraje de vehículos, se debe atravesar un espeso bosque de ciprés cuyas copas dejan ver finos rayos de luz solar que iluminan el sendero a seguir. A unos 300 metros de caminata se abren paso las grandes rocas de figuras megalíticas.
Raúl Marca, especialista del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), dice que se trata de formas geológicas ‘caprichosas’ que sobresalen en el paisaje de Santa Isabel y que son muy similares a lo que se tiene en Cojitambo, en la provincia de Cañar. No hay una investigación profunda que determine el origen de la ‘ciudad de piedra’.
Sin embargo, los expertos creen que se trató de un espacio de adoración del periodo cañari en sus dos fases (tacalzhapa y cazhaloma) al existir evidencia en sectores muy cercanos, también de Santa Isabel, donde se han encontrado arqueología de la época.
Una vez en el lugar, la señalización explica sobre la posibilidad de completar un circuito de caminata que lleva a 10 diferentes estructuras nombradas muchas de ellas por la forma que tienen: santuario, botella, túnel, el tren, huasipamba, cacique, cóndor, yaguarcocha, piedra movedora y cumbre bolarrumi. En el sitio hay senderos y señalización que indica hacia dónde ir para llegar a los diferentes puntos.
Al caminar por el lugar y entre las formaciones rocosas se pueden divisar diferentes formas como un arco que se quedó dividido por la mitad, cuevas a las que ingresando se puede proteger de la lluvia, que generalmente cae en la zona, también es posible escalar y llegar a la cima desde donde se puede divisar toda la ciudad de piedra.
Para el recorrido se recomienda usar ropa para el frío y los amantes de la aventura pueden acampar y practicar deportes extremos como escalada y ciclismo de montaña.