Los kichwas piden permiso a la Pachamama para extraer de la selva la medicina ancestral
Los productos son vendidos a los viajeros para curar sus dolencias
José Alvarado se ha convertido en un boticario de lo natural. Cada mes acude hasta la montaña y después de pedirle permiso a la Pachamama extrae las raíces, savia o los frutos medicinales que la misma naturaleza brinda.
Alvarado es uno de los cerca de 100 habitantes de la Comunidad Pachakutik, que se dedican a la venta de productos naturales que extraen desde la profundidad de la selva. Pachakutik es una comunidad de la parroquia Cotundo, cantón Archidona en la provincia del Napo. Está en medio de los ríos El Hollín y Chalúa en la carretera que conduce a El Coca. Los habitantes son kichwas amazónicos y conocen los secretos de la montaña.
Solo en el barrio San Luis, donde habita José, son alrededor de 48 familias y la mayoría aprovechan la bondad de sus tierras para extraer las plantas medicinales y venderlas a los viajeros.
En el ‘laboratorio’ de José se observa ramas de canela, zarzaparrilla, aceite de Hungurahua y de Sandi, que le atribuyen propiedades optimas para curar la úlcera, gastritis, colesterol e incluso la calvicie. También hay uñas de gato, musuhango, sangre de drago, cúrcuma al natural, cascarilla, chuchuguazo, guayusa y una gran variedad de plantas medicinales.
Para Juan Shiguango la madre selva es la que provee la materia prima para todos los medicamentos y productos de belleza. Los productos como la leche de sandi o aceite de hungurahua pueden durar hasta un mes. José Alvarado recalcó que ellos cuidan mucho la selva y aprovechan los árboles que ya están en madurez para sacar la medicina.