¿Están en crisis las élites?
Después del COVID, en el Ecuador diverso emergió el horror de la narcopolítica como otra pandemia que en unión -oculta y abierta- con mafias transnacionales y la delincuencia local ha creado una situación de pánico, temor y terror cotidiano en las ciudades del país. Se esperó que las élites reaccionaran y orientaran. No pasó esto. Fue evidente que las élites ecuatorianas están en crisis, colapsadas, sometidas y silenciadas por ese espurio y diabólico poder.
¿Qué son las élites y por qué son importantes? Son pequeños sectores sociales ilustrados, de diferentes actividades (económicas, sociales, políticas, culturales, ideológicas, académicas, etc.), que por capacidad están posicionadas en la sociedad, la cual les otorga poder. Ese poder les permite influenciar y encausar a la sociedad. Están en relaciones con los diversos sectores sociales. Por eso pueden orientar los destinos del país. Esto no sucede hoy, ¿por qué? La evidencia está en el cúmulo de cotidianas y espesas tonterías que muestran en discursos, entrevistas e ideas políticas, demostrando que Ecuador vive una grave descomposición de sus élites. Las pocas que podrían existir no reaccionan.
También las guayaquileñas, destacadas y admiradas que orientaban al país, ya no existen. Las de hoy ni siquiera son un pálido reflejo del pasado. Ya no es Guayaquil el epicentro del pensamiento del liberalismo social. Ya no están prestigiosos juristas, economistas e intelectuales críticos en lo económico, sociopolítico y literario haciéndola brillar. Este problema tiene que preocupar a los guayaquileños. Guayaquil, con el desarrollo socioeconómico y político actual tiene ‘elites’ de poco valor intelectual, refugiadas en continua irracionalidad. Grave será el futuro de la ciudad si su ciudadanía crítica no corrige esta falencia.
Hoy como ayer, al despedirme, agradezco al Lic. Galo Martínez Merchán (+), fundador de este Diario, quien hace más de tres décadas me invitó a ser columnista de EXPRESO. Siempre diré que este periódico es parte de la identidad guayaquileña y que es un proyecto convertido en baluarte crítico y analítico que orienta a la sociedad ecuatoriana. Me honro de haber estado este tiempo en esta columna. Gracias estimados lectores, gracias Dr. Galo Martínez Leisker.