MARC MÁRQUEZ REDUCE LA BRECHA
El ocho veces campeón del mundo fue sexto en los primeros test de pretemporada con Ducati, todavía lejos de su mejor nivel
Marc Márquez volvió a casa con los deberes hechos y satisfecho con el paso al frente después de las tres jornadas de test con la Ducati del Team Gresini en Malasia.
El ocho veces campeón del mundo, que ha ido de menos a más en estos primeros días de adaptación a su nueva máquina, termina el primer fogueo real con el resto de la parrilla con el sexto mejor tiempo y uno de los mejores ritmos en la simulación de carrera corta que han realizado la mayoría de pilotos este jueves en el circuito de Sepang.
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“Marcho satisfecho del test. La progresión ha sido positiva y no me he estancado. Siempre hemos dado pasos hacia adelante, ninguno hacia atrás”, ha comentado el piloto español, de 31 años.
A pesar de las enormes expectativas generadas con su salto de la indomable Honda a la campeona
Ducati, él siempre ha mantenido los pies en el suelo y ha buscado un mismo objetivo en su fuero interno: volver a sonreír y divertirse encima de la moto.
“Si me hubiera creído las expectativas, habría entrado en pánico el primer o el segundo día. Tengo muy claro mi objetivo para este año, lo que estoy buscando. Quiero disfrutar en el garaje y en la pista. Si estoy más arriba mejor, y si no, estaré centrado en lo mío y el resto llegará”, ha asegurado.
A finales de noviembre pasado, tras sus primeras vueltas en Valencia con la Ducati GP23 que dominó de cabo a rabo el campeonato en manos de Pecco Bagnaia y Jorge Martín, al catalán ya se le escapó una sonrisa de oreja a oreja cuando volvió al garaje y cruzó la mirada con Frankie Carchedi, su nuevo jefe técnico.
Márquez dice sentirse contento e ilusionado con el ambiente de trabajo dentro del garaje, donde todavía se le hace raro no estar junto a Santi Hernández y el resto de integrantes que le acompañaron a lo largo de sus 11 años en Honda.
“Aquí conocen la moto bien, sus secretos, y eso ayuda a un piloto novato como es mi caso”, ha apuntado. “Han sido tres días realmente buenos. Hemos podido probar muchas cosas distintas y conseguir información muy valiosa”, ha agregado. A nivel de ritmo, Marc ya está muy por encima de su última experiencia con la Honda en el mismo trazado.
Todavía rígido encima de la moto, desaprendiendo sus 11 años encima la Honda y todos sus vicios asociados, Márquez reconoce que tiene mucho margen de mejora.
Su gran preocupación es que en un gran premio no habrá un centenar de vueltas para dar en el clavo, sino que en apenas 20 por la mañana y otras 20 por la tarde deberá conseguir encontrar el límite y atacar el crono.
Con los japoneses necesitaba dos salidas a pista el viernes y ya lo tenía, con los italianos está todavía lejos. “Lo dije y lo mantengo: esto costará. Vamos a pelearlo, pero no es subirse a la moto y ganar”, remata.
VUELTAS en el circuito de Malasia dio Marc Márquez, siendo el piloto que más salió a la pista en los test.