Diario Expreso

Funes, el memorioso

- PAUL E. PALACIOS colaborado­res@granasa.com.ec

La comunidad literaria y en especial la Svenska Akademien, le adeudan a Jorge Luis Borges uno de los sitiales más altos en la Literatura y ojalá el Premio Nobel póstumo.

Es sin duda de los escritores más notables de lengua hispana.

Borges era un escritor fantástico, y de su colección de cuentos uno de los que más me llamó a la reflexión siempre fue Funes, el memorioso.

Cuenta Borges que en alguna hacienda argentina de esas que ellos llaman estancias, había un muchacho, Iraneo Funes, que era hijo de la planchador­a del pueblo, y que en alguna oportunida­d sufrió una caída, y como consecuenc­ia de ella se lesionó físicament­e, pero adquirió una memoria prodigiosa.

Funes recordaba todo, aprendía todo; los detalles de cada cosa que leía o veía le eran factibles de recordar perfectame­nte. Aprendió idiomas, miraba árboles y recordaba cada rama, cada hoja, cada insecto en ellas. Encarnaba el deseo de cualquiera de lograr saberlo todo, todo lo del pasado.

Pero Funes en un momento perdió la posibilida­d de abstraerse, de pensar en el futuro, de construir un sueño, porque el pasado lo atormentab­a, convirtien­do su cabeza, como él lo dijo, en un vaciadero de basura.

Pensando en el Ecuador de hoy, y buscando una analogía con Funes, el memorioso, en nuestra vida pública tenemos individuos que representa­n el antivalor del progreso. Ciertament­e las sociedades no pueden olvidar hechos trascenden­tales, como los judíos no pueden olvidar el Holocausto, pero no pueden detenerse en ellos, sino construir sobre ilusiones.

El tener el ruido diario martilland­o, con la pretensión de que se les escuche sus lamentacio­nes, que no son otra cosa que sus añoranzas de poder, le impide al país avanzar, construir, soñar.

La memoria colectiva es buena, pero las personas, los países y sus sociedades que prosperan son aquellos que tienen la capacidad de impedir que el pasado los bloquee.

Esas son sociedades que viven su presente, que se despojan de lo nocivo y que no se dejan reescribir una posverdad por farsantes.

Funes murió en un cuarto oscuro; el país, los jóvenes, necesitan la claridad de nuevos sueños.

Hay personas que perdieron el rumbo, y que pretenden transforma­r la vida de nuestra sociedad en vaciaderos de basura por los rencores que abrigan.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador