Caída de ministro de Economía evidencia el colapso de Cuba
La destitución de Alejandro Gil aviva la tesis del lavado de cara del Gobierno ❚ Así se lee el panorama tras una oleada de recortes, crisis y tensiones internas
Probablemente sea buena persona. Pero esas características no son suficientes para ser ministro. MAURICIO DE MIRANDA, Universidad Javeriana de Cali
Fue un desafío importante que tuvo y creo que no lo manejó bien. Creo que es un fallo importante de todo el diseño de política económica. PAVEL VIDAL, laboró en el Banco Central, Cuba
Era el alto funcionario que pilotaba la economía de Cuba desde 2018 y su gestión estuvo marcada por el fracaso absoluto. Todos los planes de recuperación que anunció se estrellaron, entre ellos la llamada “Tarea ordenamiento” de 2021, que prometió a los cubanos una mejora a través del fin de la doble moneda y una revisión de los precios. El resultado fue el aumento de la inflación y la profundización de una crisis que dio pie al mayor éxodo migratorio en la historia de la isla.
La destitución del viceprimer ministro y ministro de Economía y planificación, Alejandro Gil Fernández, ordenada hace 10 días por el presidente, Miguel Díaz-canel, expone un colapso en el que se mezclan distintos factores: la emergencia alimentaria, el desmantelamiento de sectores estratégicos como la producción de azúcar, casi inexistente, un déficit fiscal un 18,5% más alto que el de la década anterior y tensiones en el aparato gubernamental, según analistas y la propia hermana del exministro, María Victoria Gil.
Fue precisamente ella, popular presentadora cubana, rostro del espacio televisivo De la gran escena por 29 años y hoy asentada en Tenerife, quien afirmó que su hermano era la “persona más odiada de Cuba”. Gil Fernández fue el encargado de dar las peores noticias de los últimos años. Aun así, Díaz-canel lo felicitó públicamente el día 6 por su 60º cumpleaños, en medio de otros muchos mensajes de economistas, dirigentes políticos, miembros del Partido Comunista y cuadros ministeriales. “Otro abrazo para Alejandro Gil Fernández, en su cumpleaños”, escribió el gobernante en X. Era el segundo abrazo que le enviaba en tan solo unos días, ya que el día de su destitución le había trasladado otro.
En 2018 Gil Fernández, de Villa
Clara como Díaz-canel, fue promovido al puesto de ministro de Economía el mismo año en que el actual mandatario asumió la presidencia del país. Si Díazcanel llegó para sustituir al octogenario Raúl Castro, Gil Fernández ocupó el cargo que hasta el momento ostentaba Ricardo Cabrisas, de entonces 82 años. Ambos, de menos de 60 años, formaban parte no solo de una trasposición de poderes sino de un cambio generacional y de imagen. Por primera vez no amasaban los más altos cargos del país quienes hicieron la Revolución de 1959.
Cuando ocupó el cargo, la economía cubana no era un territorio muy complaciente pero sí menos árido que ahora. Las reformas económicas que comenzaron con Raúl Castro en el poder, aunque no resolvieron los problemas estructurales de la economía, significaron un respiro sobre todo con el nacimiento del incipiente sector privado, el auge del cuentapropismo y cierta apertura a la inversión extranjera. En Cuba, que transitaba el proceso de la reanudación de relaciones con Estados Unidos, y donde cada semana aterrizaba una celebrity como Paris Hilton o Beyoncé, el escenario parecía prometedor. No está claro qué hubiese sucedido si Donald Trump no hubiese frenado la política de Obama hacia la isla, algunos opinan que los cubanos vivirían en mejores condiciones y a otros no les convence la idea de ver a La Habana Vieja convertida en la pasarela de Karl Lagerfeld, pero lo cierto es que todo lo que vino luego aceleró el empobrecimiento del pueblo cubano.
El economista Pavel Vidal, quien trabajó en el Banco Central de Cuba (BCC), afirma que a Gil Fernández le correspondió una primera fase en la que ya se habían detenido muchos de los impulsos de las reformas que había comenzado Raúl Castro. “Esos primeros años de Díazcanel fueron de un inmovilismo bastante grande, le tocó ese periodo de muy poco impulso en las reformas estructurales, no había mucho margen de acción en ese momento”.
Ahora que deja atrás un cargo que ocupará Joaquín Alonso Vázquez, hasta entonces ministro presidente del Banco Central de Cuba, Gil Fernández deja a los cubanos un peor país. “El país en el 2018, comparado con el de 2024, tenía una mejor situación”, dice Omar Pérez Villanueva, exdirector del Centro de Estudios de la Economía Cubana de la Universidad de La Habana. “Cuba recibía casi cuatro millones de turistas, el poder adquisitivo de la población era más alto, no había dificultades con el combustible, el déficit fiscal era del 8% con respecto al PIB, se entregaba la canasta básica normalmente”, dice. Ahora Gil Fernández deja un país en un contexto mucho más adverso.
Al economista cubano Mauricio de Miranda, profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia, le resulta difícil identificar algún logro de Gil Fernández como ministro. “Probablemente sea buena persona, no lo sé. Se le ve como alguien campechano. Pero esas características no son suficientes para ser ministro”, apunta.
EL DETALLE
Medida. El Gobierno anunció para el 1 de febrero un paquete de medidas para aliviar los estragos de la economía. Está aplazado.