Diario Expreso

SINNER, el ‘pequeño’ de enorme proyección

Quien fuera campeón juvenil sky, es hoy, con 22 años, el primer campeón italiano del Australian Open. Ya es número cuatro del mundo y su juego es comparado con el de Djokovic

- ALEJANDRO CIRIZA

Dos semanas después de coronarse en el Open de Australia, y levantar el primer grande de una carrera que pinta fabulosa, Jannik Sinner (San Cándido, Italia; 22 años) se muestra risueño. El peinado revuelto y la cabellera rojiza le conceden un aire desenfadad­o que nada tiene que ver con el de ese competidor de hielo que parece no sentir, ni padecer, que pelotea como un autómata y que se agiganta conforme el intercambi­o gana intensidad.

Y es que cuando se pone la gorra, el joven italiano se transforma. “Bueno, cuando tenía seis o siete años me enfadaba, sí, pero diría que no mucho. En general, siempre he intentado ser tranquilo y desde hace tiempo soy así”, contesta con el mismo aplomo que lo ha guiado hacia la élite del tenis, donde ya guerrea de tú a tú contra las otras dos referencia­s del momento, Novak Djokovic y Carlos Alcaraz.

Para llegar hasta ahí, Sinner ha completado un trazado inusual. Creció jugando al fútbol y, sobre todo, descendien­do sobre las laderas de su región, junto a la frontera con Austria. Ahí llegó a ser campeón nacional de esquí con ocho años, pero prefirió la raqueta. “Creo que eso me ha ayudado a lograr un buen equilibrio corporal y también a la hora de deslizarme, pero es muy distinto. El miedo que sientes en el esquí es diferente, porque cuando te lanzas hacia abajo te puede suceder cualquier cosa, y el tenis no es tan peligroso”, precisa.

Tampoco escogió la vía más común en el acceso al circuito de élite. Prescindió de la escala intermedia y se zambulló directamen­te en el profesiona­lismo. “Siempre me ha gustado enfrentarm­e a rivales mejores que yo, porque siento que esa es la mejor manera de probarme y de aprender. Jugué algunos torneos júnior con 15 o 16 años, pero después empecé en los futures (junto con los challenger­s, la antesala del circuito de la ATP). Estar entre los cinco o diez mejores del ranking júnior no era importante para mí; lo importante era tratar de superar esos momentos complicado­s”, razona.

El día a día en el restaurant­e de sus padres también contribuyó a forjar una mentalidad prácticame­nte inalterabl­e. Una estabilida­d emocional que a su preparador principal, Darren Cahill, le recuerda a cómo manejaban los instantes delicados los suecos Björn Borg y Mats Wilander. “Obviamente, a veces me enfado porque me siento cansado, pero suelo controlar bien mi cabeza. Es algo de lo que me siento bastante seguro. Creo que he dado un salto en este sentido en los últimos dos años, en especial la última temporada, para entenderme a mí mismo un poco mejor. Al final del día, la mente es lo único que puedes controlar”, prosigue, consciente de que los últimos meses y, en especial, el éxito logrado en Australia, lo han situado en el primer plano.

Si el año pasado fue un mano a mano impermeabl­e entre Djokovic y Alcaraz, el actual ofrece una sugerente alternativ­a que esta temporada se hizo notar de inmediato, en Melbourne.

Allí, un recital. Un verdadero paseo. Otro ko ante el serbio, el tercero en menos de tres meses. “Sí, por supuesto. Siento que ahora me respetan más, pero al mismo tiempo todo es diferente, porque me conocen mucho mejor y saben cuáles son mis puntos débiles. Tengo que estar preparado para ello y por eso me entreno, para reaccionar frente a esta sí”.

En todo caso, Sinner -pasó ayer a la final del torneo de Róterdamas­egura ni la fama creciente varían en absoluto su plan. “Siempre hay presión, pero la mayor presión me la impongo yo mismo”, apunta el número cuatro del mundo.

“¿Alcanzar el uno? Sí, pero todavía hay tres grandes por delante y me gustaría hacerlo mejor que el año pasado. En Wimbledon hice semifinale­s y no será fácil mejorar eso; en Roland Garros llegué a la segunda ronda; y en el US Open alcancé los octavos. Uno de los objetivos es hacerlo mejor en esos torneos. Pero voy paso a paso. Para ser el uno, antes hay que pasar por el dos, y previament­e por el tres. Veremos qué puede hacer este año”, agrega con la humildad que lo caracteriz­a.

De él se dice que es un italiano muy poco italiano, o que no responde al prototipo de italiano. Contenido, blanquecin­o y prudente; silencioso y sobrio en acción, cuenta que apenas se tomó un par de días libres tras la cumbre de Australia y que cuando se desplazó a Roma para ser recibido por la presidenta Giorgia Meloni, madrugó para reforzar el físico en el gimnasio.

“Ahora hay más atención sobre mí, pero nada ha cambiado”, subraya en inglés, idioma que domina junto con el alemán.

“Todo lo que sabemos es que tengo que mejorar si quiero lograr los siguientes objetivos”, continúa, exigiéndos­e “ser un jugador más completo” y augurando un bonito futuro en el que él, Alcaraz (20 años) y el danés Holger Rune (20) están llamados a llevar las riendas de su deporte, si es que no se suma algún rebelde.

Finalmente asume el paralelism­o con Djokovic. “Sí, creo que mi tenis se parece al de Novak. Ambos jugamos bien desde el fondo, pero también intentamos ir a la red y nos deslizamos de forma similar. Me siento afortunado de haber coincidido con él, Federer y Nadal, aunque Roger lamentable­mente ya no está. He intentado observar todo lo que hacen dentro y fuera del vestuario para aprender”, prolonga antes de contestar a la cuestión final, a si llegará tan lejos como se presume: “Uf, es difícil de decir dónde estaré dentro de una década, pero ojalá pueda mirar atrás y decir que he podido disfrutar cada momento”.

ANTECEDENT­E

En el Torneo de Roland Garros 2020, con 19 años, Jannik ya se había convertido en el participan­te de cuartos de final más joven desde Novak Djokovic en 2006.

11 TÍTULOS ATP

Ha conseguido en total en toda su carrera individual, entre ellos 1 Masters 1000, 3 ATP 500, 6 ATP 250 y 1 Grand Slam.

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Carácter. Pese a su juventud, el aplomo y la concentrac­ión son las principale­s armas del italiano que hasta ayer ya llegaba a las semis de Rótterdam.
 ?? FOTOS: SANDER KONING / EFE, ARCHIVO Y CORTESÍA ?? Proyección. Jannik junto a sus padres, tras el Next Gen ATP Finals 2019 con apenas 18 años.
FOTOS: SANDER KONING / EFE, ARCHIVO Y CORTESÍA Proyección. Jannik junto a sus padres, tras el Next Gen ATP Finals 2019 con apenas 18 años.
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Monarca. Sinner posa con el trofeo de Australia el 31 de enero, el primer Grand Slam de una carrera prolífica.

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