Cuatro mil orquídeas marcan tendencia en Nueva York
Unas 4.000 orquídeas de todos los colores y tamaños marcan tendencia desde en el Jardín Botánico de Nueva York, donde estas fascinantes flores tropicales asoman entre las ramas de los árboles pero también forman extravagantes prendas.
La institución, situada en el barrio de El Bronx, abrió la exposición anual de orquídeas que celebra desde hace 21 años, esta vez inspirada en la conexión entre flores y moda, y en la que han colaborado tres firmas emergentes ‘sostenibles’: Collina Strada, Dauphinette y FLWR PSTL.
El enorme invernadero del Botánico, centenario e imponente en medio del manto de nieve impoluta que cubría los jardines, ya hacía anticipar con sus cristales empañados la bienvenida cálida y húmeda de la selva tropical recreada ahí dentro junto a otros hábitats, como el del desierto.
La pasarela del ‘Orchid Show’ empezaba nada más abrir la puerta: sobre un estanque circular se alzaban varios maniquíes con creaciones de Dauphinette, famosa por sus medallones de resina transparente con flores preservadas que ‘teje’ formando prendas, en este caso un vestido.
Después seguía un recorrido en el que las orquídeas eran las absolutas protagonistas: algunas abrazaban árboles, otras crecían al borde de una pequeña cascada de agua; unas eran grandes y monocolor, como las Cattleya, otras * diminutas pero con motas visibles, como las Oberonia.
Según explicaron expertos del Botánico, hay unas 30.000 especies de orquídeas en todo el mundo crecen en todos los continentes menos la Antártida, algunas en lugares específicos- y pertenecen a una de las familias florales más evolucionadas por su adaptación a los insectos que las polinizan, que en algunos casos son los únicos.
Esa evolución de las orquídeas sorprendió incluso a Charles Darwin, que estudiaba una flor de Madagascar particular, con el néctar al fondo de un tubo de unos 30 centímetros, y predijo que su polinizador sería un insecto de lengua muy larga: cuarenta años después se descubrió al susodicho, la polilla esfinge de Wallace.
Este museo vivo de las plantas alberga multitud de curiosidades: por ejemplo, la orquídea de vainilla, que es la segunda especia más cara en el mundo después del azafrán, hoy debe ser polinizada a mano para que produzca semillas; hoy no tenía flores, que solo le duran un día.
Había otras orquídeas con nombre propio y popular, como la ‘orquídea joya’, la ‘cazatesoros’ o la apodada ‘zapatilla de dama’, que según un experto, entró en la colección del Botánico tras ser rescatada del contrabando de flores por el Gobierno de EE.UU. y prestada para su estudio.
La muestra, que estará disponible al público del 17 al 21 de abril, ofrece una programación complementaria con varias sesiones nocturnas en las que se mezcla música, cócteles y, más que nunca, moda; talleres sobre el cuidado de las orquídeas y actividades centradas en el aprendizaje a través de los cinco sentidos.
30.000 ESPECIES
de orquídeas en el mundo crecen en todos los continentes, menos en la Antártida.