La peor Asamblea de la historia
Ainicios de mayo de 2023, la opinión generalizada en el país era que había que enviar a la casa a la peor Asamblea Nacional de la historia ecuatoriana, a la más despreciada y cuestionada por sus actuaciones políticas bochornosas, corruptas, abominables, que legislaban en contra de los intereses de los ecuatorianos y a favor de sus líderes políticos y de sus réditos mezquinos.
Con la declaratoria presidencial de la muerte cruzada el 17 del mismo mes, la disolución legislativa fue un hecho y los 137 asambleístas se fueron a sus casas para armar sus estrategias de retorno. Ilusamente, algunos pensaron entonces en un nuevo legislativo, en una nueva oportunidad para el país, pero aquello no ocurrió.
Las agrupaciones políticas volvieron a caer en los errores de siempre, en elegir a los peores candidatos para esas funciones. Algunas agrupaciones escogieron a los mismos que estaban antes, los más incapaces, los más deshonestos, los más corruptos, los que tenían vinculaciones con los grupos criminales y las redes de corrupción, los que iban al Parlamento para crear leyes que los protejan.
En las urnas, el pueblo no tuvo más opción que escoger de la plancha, entre los peores candidatos de la historia, por su prontuario, por sus vinculaciones narcodelictivas y su récord policial.
Podemos decir nuevamente que el país otra vez eligió a la peor Asamblea Nacional, no solo porque volvieron 43 asambleístas que perdieron sus curules en el 2023 por la muerte cruzada -muchos cuestionados-, sino porque con ellos llegaron otros iguales, tal vez más jóvenes y sin experiencia, pero que hacen sentir igual o mayor vergüenza al pueblo que los eligió por sus despropósitos diarios, por su falta de honradez y moral, por su bajó nivel académico y de comprensión, que hacen pensar que van a sacar las peores leyes de la historia para proteger la criminalidad y la corrupción.
El domingo cumplen tres meses en funciones, pero durante ese tiempo algunos asambleístas han demostrado su bajo nivel de preparación, lo que causa repulsión y asco. Nuevamente vemos a la misma Asamblea, lo que cambiaron fueron los nombres.
En tres meses, que se cumplen el domingo, los asambleístas han demostrado que lo único que cambió en el Legislativo fue una parte de los nombres de sus integrantes. Lo demás sigue igual.