Ahondando sobre la incompleta ley energética
En la publicación de Diario EXPRESO del 14 de febrero resaltamos que el problema eléctrico es: ¡No hay plata! Y analizando la ley energética iniciamos con la cuestionada participación de la Agencia de Regulación y Control de Electricidad, Petróleo y Minas (Arcernnr), que bloquea la inversión privada, entre otras, la más reciente y absurda con la regulación que promueve un medidor adicional a la inversión privada solar para pagar tasas de servicios no recibidos.
Dicha agencia, gracias a la nueva ley, ahora es financiada con el 1 % de las distribuidoras eléctricas, con un claro interés en incrementar su burocracia so pretexto de que en la ley aparecen cientos de nuevos controles innecesarios.
La agencia parece inclinarse hacia una protección excesiva de los ingresos de las eléctricas, encubriendo sus ineficiencias y obstaculizando la inversión privada. Pero con el gran lineamiento político de “torpedear a cualquier gobierno de turno”, aunque se llegue a apagones y al colapso eléctrico.
Prueba irrefutable es la suspensión ilegal de más de dos años de la Regulación 02-21, que promovía la Generación Distribuida (inversión privada en energía renovable y cerca del consumo) y que era tan necesaria para evitar los racionamientos por sus obvios beneficios.
En la ley, los proyectos privados de energía renovable tendrían oportunidades, pero se ven limitadas al establecer un tope de 10 MW. La única restricción debería ser la capacidad de las líneas para evacuar la energía.
Sin embargo la situación, ya inmanejable, es que las distribuidoras le deben a la generadora Celec EP más de $ 450 millones, entonces, ¿cómo soñar en que se podrá pagar a un privado la generación de su energía?
A pesar de ciertas mejoras en la ley, estas parecen tener un impacto limitado y sin un enfoque integral y efectivo. No debemos esperar a enfrentar extensos racionamientos para implementar soluciones más sustanciales y efectivas. Mauro Intriago L.