Cerro Blanco vs. aeropuerto
¡ Hagan sus apuestas! ¿Quién ganará? Analicemos la situación. Existen tres verdades irrefutables: 1) que hay que solucionar el problema de movilidad de la vía a la costa; 2) que construir el nuevo aeropuerto no es urgente; 3) que el Cerro Blanco es una zona protegida que se debe preservar.
Yendo punto por punto, para dar una real y duradera solución al problema del tránsito es indispensable implementar un transporte público eficiente, cómodo y seguro. Una troncal de la metrovía para esa zona, con suficientes alimentadores en óptimo estado, junto con pasos peatonales (elevados o subterráneos) permitiría disminuir el número de autos particulares. Este transporte público se debería complementar con la ampliación de la vía actual. Incluso se ha planteado la posibilidad de hacerlo hacia arriba, construyendo una autopista de dos niveles de circulación diferenciada para vehículos livianos y pesados. En ambos casos habría que sacrificar los árboles del parterre central, pero ello significaría una afectación al entorno mucho menor que la de atravesar o pasar por debajo del cerro con un túnel. Segundo, Guayaquil no recibe un flujo de turistas que justifique construir otro aeropuerto, ni ahora, ni a mediano plazo. Quizá después de unas décadas. Entonces, ¿qué demanda debe ser satisfecha con prelación? ¿La de la población local que requiere un mejor sistema de transportación y el descongestionamiento de una vía colapsada? ¿O una proyectada, aún inexistente, de visitantes extranjeros que se aspira a que algún día lleguen a la ciudad? Por último, Cerro Blanco es un bosque protector, uno de los últimos remanentes de fauna y flora de Guayaquil que permanecen intocados, con especies en peligro de extinción, que se afectaría ya sea que la vía lo atraviese o que pase debajo de él por un túnel.
Para favorecer el desarrollo de una megaobra que no es indispensable, se quiere construir una vía de acceso a esa megaobra con la justificación de descongestionar una vía existente colapsada, que no soluciona de forma integral el problema del tránsito pero que sí perjudicará a un pulmón de la ciudad.
Si la lógica y la opinión pública se imponen, ganará la opción de proteger al cerro. Si priman intereses particulares tendremos nuevo aeropuerto, con una red vial de cemento que aplastará al verde, una vez más, con tristes consecuencias. El cabildo es el crupier que pondrá a girar la ruleta.
¿Qué demanda debe ser satisfecha con prelación? ¿La de la población local que requiere un mejor sistema de transportación y el descongestionamiento de una vía colapsada? ¿O una proyectada, aún inexistente, de visitantes extranjeros?