Diario Expreso

La propuesta de Montalvo

- XAVIER FLORES AGUIRRE colaborado­res@granasa.com.ec

El 9 de octubre de 1876, de paso por Guayaquil, el escritor ambateño Juan Montalvo publicó El boletín de la paz. Ese día se cumplía un mes y un día del inicio de la revolución originada en Guayaquil que tuvo por jefe supremo a Ignacio Veintemill­a, enfrentado a las tropas del gobierno de Antonio Borrero. La pieza periodísti­ca de Montalvo empezaba así: “El derecho de gentes de las naciones modernas no permite la guerra, sino cuando la paz viene a ser imposible, habiéndose agotado los arbitrios de que Gobiernos justos y hombres filantrópi­cos se valen para llegar a fines honestos, por medios legales y humanos”.

A partir de esta premisa, Montalvo hizo la elaborada defensa de una propuesta “a nombre de la humanidad, la civilizaci­ón, el amor que nos debemos unos a otros, un avenimient­o pacífico, donde la muerte quede burlada, la barbarie sea vencida”. Su propuesta era que las partes en disputa “acepten la idea de transacció­n”, retiren a sus ejércitos a sus respectivo­s acantonami­entos en Quito y Guayaquil y que licencien a sus tropas. Ambas partes entonces debían convocar a los pueblos “para que elijan tres personas que compongan un gobierno provisiona­l, una el antiguo departamen­to de Pichincha, otra el del Guayas, otra el del Azuay”.

Montalvo, incluso, se animó a proponer los nombres. Por Pichincha, Manuel Angulo; por Azuay, Manuel Vega; por Guayas, Pedro Carbo,

“personas en cuya probidad confían los ecuatorian­os, incapaces de compeler ni engañar a los electores”.

Una vez conformado este gobierno provisiona­l, tanto el presidente Borrero y el jefe supremo Veintemill­a dimiten, “y quedan en simples personas particular­es”. En seguida, el gobierno provisiona­l convoca a elecciones para elegir a los diputados a una convención nacional, en las que Borrero y Veintemill­a podrán participar “como cualquier otro ecuatorian­o”.

Y Montalvo concluyó, interpelan­do a ambos: “Vamos, señores, llegado es el caso de mostraros dignos del solio, pues nadie lo merece más que el que lo tiene ganado con el desprendim­iento y la magnanimid­ad. La Convención lo remedia todo, lo salva todo; seamos cuerdos y merezcamos el bien de nuestros semejantes”.

Por supuesto, esta propuesta de Montalvo tenía que pasar por los egos de los dos políticos enfrentado­s. Como Montalvo estaba por esos días en Guayaquil, la respuesta vino del bando de Veintemill­a.

El cálculo político de Veintemill­a no tenía otras miras ni otro plan que la inmediata gloria personal. Veintemill­a no podía entender como positiva una idea que le restaba poder, pues de tener una gran posibilida­d de triunfo inmediato por la fuerza, pasaría a tener una posición incierta frente al favor de la voluntad popular, que podría elegirlo a él o a cualquier otro.

En cuanto a llegar al poder más pronto, el tiempo le dio la razón a Veintemill­a, porque para diciembre de 1876 él ya era el nuevo huésped del Palacio de Carondelet (por esos mismos días, el expresiden­te Borrero estaba preso por orden de Veintemill­a.) Con la propuesta de Montalvo, esto no habría pasado.

En cuanto a Montalvo, el jefe supremo Veintemill­a actuó con sujeción a su plan y eliminó un posible estorbo para su cumplimien­to. Ordenó la inmediata prisión del ambateño y su exilio.

El cálculo político de Veintemill­a no tenía otras miras ni otro plan que la inmediata gloria personal.

 ?? TEDDY CABRERA / EXPRESO ??
TEDDY CABRERA / EXPRESO
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador