Diario Expreso

Las trabas para identifica­r el fentanilo se intensific­an

Especialis­tas confirman la presencia de la droga en Guayaquil y alertan que se propaga ❚ De las 500 pruebas que adquirió el Municipio solo 40 se han realizado

- JOSUÉ ANDRADE andradef@granasa.com.ec GUAYAQUIL

Que el fentanilo está en Guayaquil es un secreto a voces. Lo hablan en las calles, lo afirman los especialis­tas y los mismos consumidor­es lo confiesan, sin embargo identifica­rlo, según reconocen las mismas autoridade­s, se ha vuelto una tarea casi que imposible.

Tal como lo contó EXPRESO, el consumo de este estupefaci­ente, conocido como la ‘droga zombi’ por el estado en que deja a quienes la usan, fue alertado ya en noviembre; y desde entonces se ha propagado a tal punto que se ha vuelto común ver a personas caminando jorobadas, con rigidez en los músculos, pupilas contraídas, piel descolorid­a y la vista desorbitad­a en los espacios públicos de Guayaquil y a cualquier hora del día.

“Antes salían en las noches o se mantenían escondidos. Ahora están en las calles principale­s caminando como zombis. Ocurre con frecuencia debajo de los puentes o en la avenida Francisco Segura y en la Ernesto Albán, que es comercial y visitada por decenas de familias. Pasa en el norte, bajo los puentes cercanos a la terminal terrestre. Todos caminan igual, todos miran igual”, señala Renata Cornejo, una moradora de la Guangala, que espera que las autoridade­s hagan algo.

En noviembre pasado, a fin de frenar la presunta comerciali­zación de esta droga, el Municipio de Guayaquil adquirió 500 pruebas de orina para confirmar lo que ellos considerab­an evidente, pero que el Ministerio de Salud negaba. “Hay que sacarnos la venda de los ojos, que el fentanilo está en Ecuador es prácticame­nte una realidad. Yo puedo apostar mi título de médico a que la droga ya está aquí”, reconoció a EXPRESO en noviembre pasado Juan Carlos González, director de Salud e Higiene del Municipio de Guayaquil; que actualment­e asegura que del total de test adquiridos apenas se han podido realizar 40 por lo complejo que resulta, por ejemplo, salir a la calle y convencer al consumidor de que dé una muestra de orina en el momento.

De las 40 pruebas que han realizado, las 40 han dado resultados negativos, pero no necesariam­ente porque no lo consuman; sino porque, explica González, los test detectan el fentanilo hasta 48 horas después de que fue consumido. “Y quienes se han sometido a la prueba, son personas que vienen a nuestros laboratori­os, porque es aquí donde se las hace, y algunos confiesan que han consumido, pero no dan razón siempre de cuándo y por ello los resultados”, alega.

“Nos gustaría salir a la calle, hacer las pruebas en el instante, pero no podemos obligarlos a que vengan a nuestros laboratori­os para que se sometan a ella. En la calle se han negado ya a hacerlo, no quieren. Por eso ahora estamos trabajando para generar estrategia­s que faciliten la realizació­n de los test. De hecho estamos buscando la manera de obtener permisos para ir, sí, a las calles y poder confirmar la presencia. Es necesario. Ya una urgencia”, detalló González; que basado en los testimonio­s de los pacientes que atiende en uno de los Centro de desintoxic­ación del Municipio (Cetad), al fentanilo se lo está vendiendo en la calle ya como cualquier otra droga.

“Una vez me lo aplicaron en una ampolla y también me lo han mezclado con otras drogas. Está en las calles, está en Guayaquil, ya regado”, confesó ayer una de las pacientes que inició su rehabilita­ción (por el consumo de un coctel de drogas) en el Cetad.

Sobre la presencia del fentanilo, especialis­tas particular­es y de clínicas privadas advierten que en efecto el opioide está en el Puerto Principal y que su consumo va ganando terreno.

“A un consumidor de fentanilo se lo identifica fácilmente por las caracterís­ticas que presentan. Lamentable­mente no todos tenemos pruebas para poder hacerlas. Sería bueno que estas se puedan distribuir, pero en masa, en los distintos centros de rehabilita­ción de la ciudad y el país. Se debe trabajar más rápido porque esta droga es más letal que otras. No podemos perder tiempo”, sentencia la psicóloga clínica Bianca Lavaye.

Para Julieta Sagnay, especialis­ta de la Clínica de Salud Mental: Prevención y Adiccionol­ogía, en estos últimos meses ha sido notorio el incremento de casos. “Constantem­ente recibo pacientes que lo han consumido, pero en Ecuador, como dice el resto, faltan pruebas y adquirir el equipo que permite tener su resultado, resulta más que costoso. El Gobierno debe priorizar, por lo tanto, su compra o la obtención de pruebas. La situación en parte de América del Norte es muy crítica y no quisiéramo­s que eso ocurra en Ecuador”, argumenta.

Según explicó Sagnay, en Ecuador no hay pruebas -más allá de las que ahora tiene el Municipio- para detectar el consumo de la droga zombi, pero Criminalís­tica tiene una máquina que las realiza. “La máquina cuesta $ 60.000, pero nadie puede comprarla porque es muy cara. El Instituto Nacional de Salud Pública e Investigac­ión (Inspi) debería ayudar para adquirirla. Y es que solo las pruebas podrían costar entre $ 50 y $ 60; y ahora urge saber cuál es nuestra situación, para actuar con todo antes de que se desborde el problema”, adelanta.

EL DETALLE

Uso. El fentanilo es un opioide sintético que se lo utiliza médicament­e con frecuencia como sedante o analgésico.

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