En su reaparición, Ortega se burla de los opositores
El líder sandinista llevaba 56 días ausente de la esfera pública
Daniel Ortega llevaba 56 días ausente de la esfera pública de Nicaragua, uno de los periodos de tiempo más largos que pasó alejado de las tarimas con flores y helechos en las que preside los actos oficiales.
La noche del 21 de febrero apareció en un acto en conmemoración del asesinato de Augusto C. Sandino, la figura hagiográfica del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), y utilizó la reaparición para burlarse de los 317 nicaragüenses a quienes despojó de su nacionalidad y le impuso el delito político de “traidores a la patria”.
“Hace 16 años Adolfo Díaz y Emiliano Chamorro dejaron de ser nicaragüenses, como esos que han dejado de ser nicaragüenses y están ahora en los EE. UU., ahora son yanquis, se deben sentir muy contentos de ser yanquis”, dijo Ortega con sobrada sorna, cuando parafraseaba el Manifiesto de San Albino, escrito por Sandino en 1927.
Ortega advirtió de que quienes “traicionen a la patria simplemente dejan de pertenecer al país”, en referencia a los opositores, periodistas, religiosos, feministas, activistas, y ex candidatos presidenciales que fueron desterrados y exiliados por su régimen. Las 317 personas desnacionalizadas han sido naturalizadas en su mayoría por España. Aunque otros países latinoamericanos, como Chile y Colombia, también les han ofrecido nacionalidad para no dejarlos en la apatridia impuesta por el gobierno de Ortega y su esposa.
El mandatario sandinista, señalado junto a su esposa de cometer crímenes de lesa humanidad por un grupo de experto de Naciones Unidas, siguió usando el Manifiesto de Sandino para justificar por qué convirtió en apátridas a sus crítico.
EL DETALLE
Rasgo. A sus 78 años y más de 17 años consecutivos en el poder, Ortega reduce cada vez más sus apariciones públicas.