RODRÍGUEZ amplía la legión tricolor
La volante ecuatoriana con apenas 23 años da el salto al fútbol de Croacia, luego de jugar por cinco temporadas en la MLS. Ya es seleccionada nacional
Lo lleva en la sangre. Nieta de Fausto Rodríguez, y sobrina de Javier Rodríguez, exjugadores profesionales de Aucas y Liga de Quito, respectivamente, Doménica está llamada a hacer aún más grande el linaje de su apellido. Y ella lo sabe. Con 23 años la también seleccionada de Ecuador cerró un ciclo de 5 temporadas jugando en el fútbol de la MLS y ahora da un salto importante a un territorio casi desconocido para su rama: el balompié de Croacia.
El club de primera división femenina es difícil de pronunciar: Znk Medimurje Cakovec, pero ella a esas trabas no le tiene miedo. Ya jugó becada en Estados Unidos donde culminó sus estudios en ingeniería con especialización en mecánica y ahora se embarca en esta nueva aventura, que además la ponen en el radar como la quinta jugadora tricolor en Europa.
“Terminé mis estudios en la universidad de Bakersfield, en California, ese fue el principal motivo por el que decidí viajar a Europa y experimentar ese nuevo fútbol”, comentó la mediocampista que llegó a ser capitana en el equipo de la MLS.
Rodríguez se sumará a las tricolores en Europa como Kerly Real, quien actúa en el Valencia de España; Gigi Moreira, en el Alhama, también de España; Manoly Baquerizo, en el Polideportivo Cacereño (España), y Giannina Lattanzio, que está en el Ravenna Women FC, de Italia.
Doménica juega como volante interna y prefiere portar en la espalda el número 8, porque recuerda haber usado ese dorsal durante sus primeros años en Estados Unidos. “Desde que llegué a EE.UU. me gustó y por cinco años lo utilice”, comentó.
La joven volante se inició en el balompié por influencia de su abuelo y su tío arriba mencionados, pero no fue sino hasta los 15 años en que llegó a la selección nacional Sub-16, a la selección de Pichincha y a la Espuce, donde vivió sus primeras experiencias en equipos.
Con Espuce, en el que militó desde los 14 años, disputó el campeonato nacional femenino amateur, que fue la vitrina para conseguir la beca deportiva en Bakersfield. Además, la vinculación se dio luego de que Sebastián Vecchio, entrenador de la universidad, la observó por videos enviados por la misma jugadora. Algo similar sucedió para ser contratada por el Znk Medimurje Cakovec.
“Al terminar la temporada acá (en Estados Unidos) empecé a producir mis videos, me contacté con varios agentes y Sebastián (Vecchio) se contactó con ellos, vieron mis grabaciones y llegamos a un acuerdo”, destaca la quiteña.
Croacia será su primera experiencia en Europa, cree que es tiempo. Recalca que es un muy buen lugar para dar el salto y confiesa que firmó un contrato por cinco meses.
Muy a pesar de lo que se pueda pensar, ni Croacia, ni Europa es un lugar donde Doménica quiera quedarse para siempre. “Me gustaría seguir creciendo y poder disfrutar del fútbol, conocer lugares y tener muchas experiencias más dentro del fútbol”, manifestó.
Pese a que es un sueño cumplido estar en Europa, Dome piensa algún día llegar a México. “Me atrae mucho, creo que está creciendo demasiado y creo que hay varias jugadoras de alto nivel que me serviría para desarrollar mi juego”, subrayó.
A más de su paso por las selecciones juveniles, Rodríguez ha tenido la oportunidad de estar en la selección mayor, dirigida por el colombiano Carlos Andrés Usme, quien para la reciente fecha FIFA ya la convocó.
“He conversado con el profe Usme, él también me estuvo ayudando para este cambio de equipo. Siempre será un privilegio estar en la selección y si puedo ser convocada sería la oportunidad para demostrar que tengo las habilidades para estar allí”, aseguró.
Con las maletas llenas de ilusiones y recordando todo lo que ha hecho para tener esta experiencia europea, Doménica sabe que será la oportunidad de seguir labrando su carrera en el fútbol profesional, aunque no le cierra la puerta en algún momento ejercer su profesión.
CARRERA A los 15 años Rodríguez ya llegó a la selección nacional Sub-16, a la de Pichincha y a la Espuce, sus primeros experiencias. Esta última le abrió las puertas a la beca en EE.UU.